La vecina malhumorada

Meche miró a su hermano e hizo una mueca cuando su vecina, la señora Romero, entró en su jardín. «Aquí vamos de nuevo», pensó la niña. Su vecina siempre estaba enojada por algo.

Su madre se levantó del columpio del porche.

—Hola —saludó con una voz alegre.

La señora Romero aclaró su garganta.

—Me pareció oír gritar a tus hijos.

Mamá miró a Meche y a Jairo.

—Hoy no.

—Bueno, manténgalos en silencio cuando empieza a hacerse tarde, como a esta hora. No me he sentido bien y necesito dormir —indicó la vecina.

La madre juntó sus cejas.

—Lamento mucho oír que no se haya sentido bien. ¿Hay algo que podamos hacer por usted?

La señora Romero negó con la cabeza.

—Solo diles a tus hijos que hagan silencio —ella se dio la vuelta y marchó hacia su casa.

—Espero que se sienta mejor —le dijo la madre en voz alta mientras la vecina se alejaba.

—¿Por qué te portas tan bien con ella, mamá? —preguntó Meche.

—Sí —afirmó Jairo—. Ella solo se porta enojada y es cruel con nosotros.

Mamá los miró.

—A veces es cuando las personas actúan malhumoradas y crueles que necesitan más amor y gracia.

—¿Amor? —Jairo arrugó su nariz.

—Sin duda parecería que ella no merece amor todo el tiempo, lo sé. Pero la verdad es que tampoco nosotros lo merecemos —su madre se sentó en el columpio del porche, en medio de sus dos hijos—. Dios eligió amarnos, a pesar de que no somos perfectos. Todos cometemos errores, ¿verdad?

Meche pensó en cuántas veces peleaba con su hermano, especialmente cuando jugaban juegos de mesa.

—Sí.

Mamá asintió.

—Dios nos ama a pesar de nuestros errores, por lo que deberíamos demostrar amor a otras personas, a pesar de cómo nos traten. Cuando les mostramos amor y gracia, les mostramos a Jesús.

—Quiero ser como Jesús —expresó Meche.

Jairo miró a su hermana.

—¿Aun si eso significa ser amable con la señora Romero)

—Sí —Meche suspiró—. Eso será difícil.

La madre apretó cariñosamente la mano de su hija.

—Pero no es imposible. Puedes confiar en que Jesús te ayudará a amar a otros como Él te ama.

—Así lo haré —aseguró Meche. Ella quería ser amorosa como Jesús, aun si eso significaba soportar a su vecina malhumorada.

BETHANY ACKER

TODOS NECESITAN AMOR

VERSÍCULO CLAVE: MARCOS 12:31 (NVI)

AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO.

¿Conoces a alguien que solo parece estar de mal humor? A veces las personas que son malhumoradas o crueles actúan así porque están sufriendo. Eso no excusa sus acciones, pero puede ayudarte a recordar que ellos también necesitan amor. Dios nos demuestra amor y gracia cuando no lo merecemos, y nos ayudará a hacer lo mismo por otros. Confía en que el Señor te ayudará a amar a tu próximo del mismo modo que Jesús te ama a ti.

Clave de Hoy
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