La transformación
“Oh, no”. Los hombros de Imelda decayeron cuando junto con su madre caminaba por el apartamento. “¿En serio vamos a vivir aquí? Es chiquitito en comparación con nuestra vieja casa”.
“Lo sé”. Los ojos de mamá se llenaron de lágrimas. “Pero no nos alcanza el dinero para vivir en una casa como la anterior sin tu papá, y no podemos vivir para siempre con la abuelita. Ella también necesita su propio espacio”.
La cara de Imelda se poso roja como un tomate. “Lo siento, mamá. Estoy enojada con papá por irse, pero todavía lo echo de menos a él y a nuestra vida anterior. Esperaba que nuestro nuevo hogar fuera más grande e iluminado que este”.
“Créeme, tiene futuro”, aseguró mamá mientras cerraba la puerta. “Sobreviviremos a esto, a pesar de que será difícil para ambas. Demos gracias porque tenemos un lugar para vivir y hagamos nuestro mejor esfuerzo para hacer que se sienta como nuestro hogar”.
En sus tiempos libres después del trabajo, mamá hizo cortinas y eligió pintura de colores brillantes y plantas. Imelda hizo lo posible por ayudar; estaba determinada a sacar el mayor provecho de la situación y alegrar a su madre.
Unas semanas más tarde, la niña pasó el fin de semana con su abuela, para que mamá pudiera pintar y decorar el apartamento. Cuando Imelda y la abuelita llegaron el domingo al apartamento, se quedaron con la boca abierta. Imelda no podía creer la transformación que veían sus ojos. Las habitaciones se veían iluminadas, con pintura fresca en las paredes y cortinas de colores vivos. Las plantas en las habitaciones y el balcón convertían al apartamento en un hogar acogedor y cálido.
“Bueno, sé que no ha sido fácil vivir todos estos cambios, pero ¿qué te parece?”, preguntó su madre.
Imelda se quedó muda. Esto era mucho mejor de lo que había imaginado. “Mamá, ¡es maravilloso!”
Cuando se sentaron a la mesa para comer un trozo de la tarta de cerezas hecha en casa por la abuelita, esta comentó: “¿Saben? Este hogar me recuerda cómo Jesús trabaja en nuestras vidas para transformarnos. A veces nos preocupamos porque no tenemos mucho qué ofrecerle o nos sentimos nerviosas por el futuro, pero Jesús moldea nuestras vidas y nos da fuerzas en los momentos difíciles. Así como este apartamento, Él nos transforma y nos convierte en algo hermoso”.
Los ojos de Imelda se iluminaron. “Confiamos en que mamá podía hacer algo bueno con este apartamento, y ahora debemos confiar en que Dios nos ayudará a salir de nuestros problemas. Jesús nos guiará en esta situación”.
La madre asintió. “Así es”. — CINDY LEE
JESÚS TRANSFORMA VIDAS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 37:5 (NTV)
ENTREGA AL SEÑOR TODO LO QUE HACES; CONFÍA EN ÉL, Y ÉL TE AYUDARÁ.
¿Estás pasando por un tiempo difícil? ¿Te preocupa cómo se resolverá la situación? Un cambio de casa, la separación en la familia o un cambio en los ingresos del hogar pueden asustarnos y perturbarnos, pero recuerda que Jesús se preocupa por ti. Él nos ha dado Su Espíritu santo para ayudarnos en los desafíos diarios, y los usa para transformarnos. Confía en que Jesús te guiará y te dará fuerzas.
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