La noche triste

—La noche triste —murmuró Haroldo al momento en que su hermana, Carola, entraba en la sala—. Tengo que recordarlo, puede que esté mañana en nuestro examen.

—¿Qué es eso?

—La noche triste. Ya lo aprenderás el próximo año —le contestó Haroldo.

—¿Por qué se llama así? —su hermanita quería saber.

—Bueno, es algo que pasó hace más de cuatrocientos años —le contó Haroldo—. Los aztecas, uno de los pueblos originarios en México, tenían una gran ciudad en una isla. Un líder español llamado Hernán Cortés pudo llevar su ejército a la ciudad porque el rey azteca pensó que el líder de España era un dios. Pero los españoles estaban hambrientos de dinero y poder, por lo que los aztecas empezaron a desconfiar de ellos —continuó el niño—. Después de oír rumores de que los aztecas podrían tratar de matarlos, los españoles atacaron y mataron a una multitud de aztecas en un festival. Entonces Cortés y sus hombres sabían que tenían que irse, pero antes de marcharse, se llevaron todo el oro que podían cargar. Cuando trataban de escapar, los aztecas los atacaron. Muchos soldados españoles trataron de nadar a tierra, pero se ahogaron porque el peso del oro los halaba hacia el fondo. Se la llamó «la noche triste» porque más de la mitad del ejército español perdió la vida esa noche.

—¡Guau! ¿Por qué no se deshicieron del oro cuando se dieron cuenta de que su peso no les permitía flotar? —preguntó Carola.

Haroldo se encogió de hombros.

—No lo sé. Supongo que eran codiciosos y querían quedarse con él.

—Parece que tienen mucho en común con nosotros hoy en día —comentó su padre, quien había estado escuchando—. Muchos de nosotros tratamos de acumular la mayor cantidad de tesoros terrenales posibles, aun si eso significa que haremos daño a otras personas. Parecería que pensamos que el dinero y el poder que viene con él son más importantes que cualquier otra cosa, pero nunca nos sentimos satisfechos.

—Y hay muchas cosas que el dinero no puede comprar —aseguró Carola—. El sermón de la semana pasada en la iglesia era sobre eso. Paz, gozo, contentamiento, y especialmente el perdón de los pecados y vivir con Dios para siempre… solo podemos tener esas cosas si confiamos en Jesús.

Papá asintió.

—Jesús es el único tesoro que trae vida eterna… y Él nos la da gratuitamente.

JEAN A. BURNS

EL DINERO NO SATISFACE

VERSÍCULO CLAVE: MARCOS 8:36 (NTV)

¿Y QUÉ BENEFICIO OBTIENES SI GANAS EL MUNDO ENTERO PERO PIERDES TU PROPIA ALMA?

¿Qué tan importante es tu dinero para ti? ¿Crees que el dinero puede comprar todo lo que quieras? Si piensas así, estás equivocado. Algunas personas pasan todas sus vidas tratando de conseguir más y más dinero, porque creen que eso les hará felices, pero la única manera de tener verdadero gozo y satisfacción es a través de Jesucristo. ¡Acepta Su regalo de la vida eterna hoy mismo! (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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