La mochila pesada

—¿Será que esto alcanza en mi mochila? —se preguntaba Alba mientras empacaba para un viaje para acampar con su tío Joel y su tía Carmen.

La niña llenó su mochila de ropa, juegos, libros y linternas.

—No puedo olvidarme de mi cámara —dijo, metiéndola en el morral. Después de meter algunas bolsas de bocadillos encima de todo, ella cerró su mochila.

Una hora más tarde, el tío Joel y Alba estaban escalando el empinado sendero hacia el campamento. La tía Carmen los había dejado y continuó en el automóvil por el resto del camino. A ella no le gustaban las caminatas en la naturaleza. ¡Pero a Alba le encantaban! Disfrutaba tanto de escuchar a los pajaritos y sentir la tibia brisa de verano a su alrededor. Pero, mientras el sendero se volvía más empinado, comenzó a poner menos atención a los paisajes y a los sonidos, y empezó a preguntarse por qué había metido tantas cosas en su mochila. Empezó a caminar cada vez más lento, hasta que se quedó atrás del tío Joel. La mochila se volvía más y más pesada con cada paso.

El tío Joel se detuvo.

—¿Pasa algo? —le preguntó—. Estás bajando tu ritmo.

Alba suspiró.

—Estoy muy cansada.

El tío tomó la mochila de Alba de sus hombros.

—¿Te sientes mejor así?

La niña exhaló un suspiro de alivio.

—¡Sí! ¡Estaba poniéndose tan pesada!

El tío Joel asintió.

—Eso me recuerda de un versículo de la Biblia. En el libro de Mateo, Jesús dice que Él llevará nuestras cargas por nosotros. El Señor tomó nuestra mayor carga al morir por nuestros pecados, y puede quitar las cargas de tu corazón tal como yo tomé la mochila de tus hombros —el tío Joel columpió el morral de su sobrina de atrás para adelante—. ¿Y qué llevas aquí?

Alba se encogió de hombros.

—Oh… solo algunas cosas.

El tío Joel sonrió.

—Probablemente no necesitabas todo esto para acampar solo una noche. ¿Sabes? Muchas veces también cargamos muchas cosas en nuestras vidas espirituales, cosas que no necesitamos llevar, como la preocupación por el futuro o la culpa por los pecados por los que ya pedimos perdón.

—¿Y se pone pesado, como mi mochila? —preguntó Alba.

—Así es —respondió el tío Joel, levantando el morral—. Te sentiste aliviada cuando te quité este peso. ¿Cómo te sentirías si las cargas de tu corazón desaparecieran?

Alba levantó la mirada.

—Mucho más ligera —afirmó con una sonrisa.

KATLYN TRAXLER

DEJA QUE JESÚS LLEVE TUS CARGAS

VERSÍCULO CLAVE: MATEO 11:28

[JESÚS DIJO:] «VENGAN A MÍ, TODOS LOS QUE ESTÁN CANSADOS Y CARGADOS, Y YO LOS HARÉ DESCANSAR».

¿Estás preocupado por algo? ¿Tienes una mochila pesada llena de cargas en tu corazón? A veces cargamos con problemas que Dios nunca quiso que lleváramos. Jesús murió por ti para quitarte la carga del pecado y darte descanso, y Él desea llevarse también las otras cosas que te pesan. Entrégale tus cargas a Jesús y Él las llevará por ti. Si algo realmente te está preocupando, conversa también sobre eso con algún adulto de confianza.

Clave de Hoy
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