La mascarada
“¿Qué rayos es una mascarada?”, preguntó Lucía mientras leía una hoja volante que recibió en su escuela.
“Es una palabra sofisticada para una fiesta de disfraces”, contestó su madre mientras revisaba ropas viejas y artículos varios que guardaban en el ático. “Espero que podamos encontrar ideas para un disfraz en este montón de tesoros olvidados. ¿De qué te gustaría disfrazarte?”
“Tal vez un panda… o un astronauta… o una mariposa”, sugirió la niña. “Me gustan las fiestas de disfraces porque puedo vestirme y actuar como alguien o algo que no soy”.
En ese momento, el padre de la niña irrumpió en la habitación, sosteniendo un plato de galletas que se veían deliciosas. “Sonó la alarma del horno, así que saqué sus galletas. También les rocié un poco más de azúcar”. Él miró las galletas. “Bueno, fue mucha más azúcar”, admitió con una sonrisa.
“¡Gracias, mi amor!” La madre de Lucía tomó una galleta calientita y mordió un bocado. Al instante, su cara hizo una mueca y rápidamente agarró una servilleta para escupirlo. “Lo siento, querido, pero creo que agregaste sal en vez de azúcar sobre estas galletas”.
“¡No puede ser!” Papá rio. “¡Se veía igual que el azúcar en ese frasco transparente!”
“Creo que las galletas también estaban ‘disfrazadas’ como algo diferente”, le comentó mamá a Lucía. “¡Se veían bien, pero sabían mal! Lo que veíamos no era lo que resultaron ser. Eso me recuerda de un versículo en la Biblia que dice que Satanás se disfraza como un ángel de luz”.
“¿Qué? ¿Él fue a una mascarada?”, preguntó la niña, confundida.
“No”, respondió riendo su madre. “Se refiere a que debemos estar en guardia contra el pecado, porque las apariencias pueden ser engañosas. Las cosas que parecen buenas pueden estar podridas en lo más profundo. Piensa en cómo Satanás engañó a Eva en el huerto del Edén. Ella sabía que Dios les había dicho que no comieran del fruto prohibido, pero cuando Satanás hizo que ella creyera que sería bueno para ella, desobedeció. Por eso debemos tener cuidado de no caer en las artimañas de Satanás. Él solo finge ser un ángel de luz”.
“¡Como si tuviera puesto un disfraz!”, exclamó Lucía. “Él hace que el pecado se vea como algo que no es”.
“Exactamente”, afirmó su madre. “El pecado siempre es malo y Jesús nos ha liberado de su poder. Debemos armarnos contra los trucos de Satanás por medio de recordar la verdad de Jesús”. — EMILY RUDOLPH
NO TE DEJES ENGAÑAR
VERSÍCULO CLAVE: 2 CORINTIOS 11:14
SATANÁS SE DISFRAZA COMO ÁNGEL DE LUZ.
¿Te parece que lo que ves en películas o en internet es bueno? ¿Te parecen inofensivas las c osas que otros dicen que son buenas? Ten cuidado. Cualquier cosa que vaya en contra de lo que Dios dice en la Biblia es pecado, y el pecado siempre es dañino. Por esa razón vino Jesús a salvarnos de él. No te dejes engañar por las artimañas de Satanás. Escucha a Jesús y lo que Él dice en Su Palabra, la Biblia. Él te ama y te guiará por el camino en que debes andar.
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