La lección del trapeador
—¡Mira! —exclamó Mirabel—. ¡Un trapeador de pecho blanco!
Carmen rio al oír a su hermanita menor.
—Creo que quisiste decir un trepador de pecho blanco.
—Oh, vaya… Casi es lo mismo —opinó Mirabel.
Carmen miró los comederos de los pájaros que su madre le ayudó a colgar en los pinos. Le encantaban los pajarillos que se amontonaban en su patio delantero.
—Oh, no —se lamentó Mirabel—. Ahí está ese gato tigre otra vez. Está agachado debajo del árbol.
—Sí —afirmó Carmen—. ¡Parece que está listo para saltar! ¡Rápido! Golpea la ventana para tratar de asustarlo —ambas golpearon la ventana. El gato levantó la mirada, se espantó y desapareció entre los árboles.
—Creo que pertenece a una de las casas de la otra cuadra —comentó Carmen—. Bueno, esta vez lo asustamos. Mamá también lo hizo la semana pasada. Abrió la ventana e hizo ruido con una olla.
—Y Rollo le ladró con todas sus fuerzas el otro día —le contó Mirabel.
Carmen rio.
—Bueno, entonces creo que todos estamos preparados para los ataques en el futuro.
—Sí —dijo Mirabel—. Tenemos ollas y perros, ¡y estamos listos para la guerra!
—No estoy segura de cuán efectivas sean esas armas en una guerra de verdad —indicó Carmen—. ¡Pero para nosotros funcionan perfectamente! —ella miró a su hermana menor—. Mamá y yo también conversamos de armas hace poco, cuando le estaba contando de una niña nueva que hay en mi clase, que se llama Abigaíl, que no es tan amable. Mamá dijo que no debemos actuar de la misma forma que ella se porta; dijo que la Biblia nos dice que nuestras armas son diferentes y que son realmente poderosas.
—¿Qué armas son esas? —preguntó Mirabel—. ¿Globos llenos de agua? ¿Resorteras?
—No, nada de eso. Cosas como la oración. Mamá me dijo que ore por ella y me dio algunos versículos para memorizar, que me ayudarán a recordar que Jesús ama a Abigaíl y murió por ella.
—¿En verdad crees que esas armas van a funcionar? —preguntó Mirabel.
—¡Ya están funcionando! —aseguró Carmen—. He estado orando por Abigaíl y cada día siento que le tengo más paciencia. Y confiar en que Jesús me ayudará a verla como Él la ve me ha ayudado a tratarla bien sin esperar que ella sea amable conmigo.
—Guau —expresó Mirabel—. Supongo que las armas de Dios realmente funcionan —ella miró por la ventana a un pequeño trepador—. ¡Oh, mira! ¡Otro trapeador!
SHARON LEE ROBERTS
USA LAS ARMAS DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 12:20
SI TU ENEMIGO TIENE HAMBRE, DALE DE COMER; Y SI TIENE SED, DALE DE BEBER, PORQUE HACIENDO ESTO, CARBONES ENCENDIDOS AMONTONARÁS SOBRE SU CABEZA.
¿Sabías que Dios te ofrece armas espirituales para que las uses en cualquier situación? Es fácil que queramos lidiar con las personas difíciles y las situaciones duras como lo hace el mundo, pero la Biblia nos dice que las armas de Dios, cosas como la oración, las Escrituras, el amor y la fe, son mucho más efectivas. Ponen el problema en las manos de Dios y Él puede hacer cualquier cosa, ¡incluso convertir a los enemigos en amigos!
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