La forma en que caminas

—¿Para qué es toda esta ropa? —preguntó Violeta, que estaba en la casa de su amiga, Olivia Jaramillo, y su madre tenía todo el comedor cubierto de vestidos, pantalones y otras prendas de vestir que Violeta ni siquiera podía reconocer.

Olivia rio.

—Mamá colabora con el departamento de drama de la escuela con el vestuario para sus obras de teatro. Está buscando entre sus viejos disfraces para ver cuáles puede usar otra vez —Olivia tomó un vestido rojo—. ¿Quieres probártelos? Mamá nos dará permiso, ¿verdad, mamá?

—Si tienen cuidado, sí —contestó la señora Jaramillo.

Durante la siguiente hora, más o menos, las niñas pasaron de ser damas de los años 1700 a extraterrestres del espacio sideral. Sus favoritos eran los disfraces de animales. Violeta era una cebra y Olivia era un león. Los disfraces las cubrían por completo, excepto por los agujeros para el aire y una hendidura para sus ojos.

—Señora Jaramillo, mi papá está afuera, cortando el pasto. ¿Podemos caminar frente a mi casa con nuestros disfraces? Él no sabrá quiénes somos, ¡y me muero por ver qué cara pone!

La señora Jaramillo rio.

—Claro que sí.

Las niñas rieron antes de salir en silencio por la puerta trasera. Se escondieron detrás de unos árboles y luego fueron a la vereda. No querían que el padre de Violeta las viera salir de la casa de los Jaramillo. Esperaron hasta que llevó la podadora de césped cerca de la vereda y entonces pasaron frente a él.

El papá de Violeta apagó la máquina.

—¡Oh, no! ¡Mi hija se ha convertido en una cebra y su amiga es un león! ¿Qué puedo hacer?

Violeta se sacó la cabeza de la cebra.

—¡Papá! ¿Cómo supiste que éramos nosotros?

El padre rio.

—Por tu forma de caminar, hija. Sabía quién eras por tu modo de andar.

La familia rio mucho durante la cena al recordar el disfraz de Violeta. Entonces la niña pensó en algo:

—Es lo que estábamos hablando la semana pasada, papá, cuando tenía problemas con unas amigas de la escuela. Dijiste que la gente debería saber que soy cristiana por la forma en que vivo mi vida, que necesito andar por el caminar cristiano.

—Exactamente —afirmó su padre—. La Biblia nos dice que los demás deberían saber que pertenecemos a Jesús por la forma en que caminamos. Cada paso que damos debería apuntar hacia Él y a Su amor por nosotros.

LINDA WEDDLE

CAMINA COMO UN CRISTIANO

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 2:6

EL QUE DICE QUE PERMANECE EN ÉL [JESÚS], DEBE ANDAR COMO ÉL ANDUVO.

¿Las demás personas saben que eres cristiano por la forma en que caminas? Eso no significa que andes de puntillas o marches, sino en cómo vives tu vida. ¿Alguien podría darse cuenta de que conoces a Jesús y tienes su amor en tu corazón por tu bondad, paciencia y gozo? ¿O caminas igual que todos los demás? Anda de tal manera que demuestre a los demás el amor de Jesús.