La casa que crece

—¿Quieres venir a revisar una casa conmigo? —preguntó el padre de Braulio. El niño en realidad no quería ir, pero se subió a la camioneta de su papá, quien era constructor, y a Braulio le encantaba ver las casas que estaba construyendo. Pero después de la muerte de su mamá, ya no le encontraba la emoción.

Padre e hijo caminaron por un jardín desordenado. El suelo era fangoso y tenía un enorme hoyo.

—Esto no se ve como una casa —opinó Braulio.

Papá sonrió.

—Todavía no, pero lo será. Confía en mí.

El niño regresó con su padre al día siguiente y había concreto en el hoyo.

—¿Eso es un sótano? —preguntó Braulio.

—Claro que sí —contestó papá mientras caminaba por el borde para inspeccionar el trabajo.

Unos días más tarde, Braulio se sorprendió al ver la estructura en madera de una casa, encima del sótano. Después de un tiempo, comenzó a esperar las visitas con entusiasmo.

El día que llegaron para ver cómo los albañiles ponían las paredes, Braulio sonrió.

—Cada día hay algo nuevo y pronto la casa estará lista para habitarla.

—Genial, ¿no? —comentó su padre—. Como constructores, podemos agregar un poquito cada día para edificar la casa. Como cristianos, podemos construir nuestra fe del mismo modo.

Braulio dejó de ver la casa y miró fijamente a su papá.

—¿Eh?

—Ha sido difícil confiar en Dios desde que tu mamá falleció, ¿verdad? —preguntó el padre—. Nuestras vidas eran un desorden, como este terreno antes de que se construyera la casa.

Braulio se abrazó a sí mismo.

—Todo cambió.

—Pero, poco a poco, hemos aprendido a confiar otra vez en Dios —declaró papá—. Dios está cuidando de nosotros y construyendo nuestra fe. El sótano fue como la primera señal de nuestra confianza en Dios, cuando recordamos que Jesús, quien murió y resucitó para salvarnos, todavía está aquí con nosotros y promete que arreglará todas las cosas algún día. Cada vez que agregamos algo a la casa, eso era similar a la forma en que Dios siguió demostrándonos Su amor, por ejemplo, cuando envió a tu abuelita para que nos ayudara y cuando nos mostró que está bien volver a ser felices.

—Extraño a mi mamá —expresó Braulio.

—Yo también —su padre lo abrazó—. Pero todavía quiero que mi fe y mi confianza en Dios crezcan.

EMILY ACKER

CONFÍA EN QUE DIOS HARÁ CRECER TU FE

VERSÍCULO CLAVE: JUDAS 1:20-21

EDIFICÁNDOSE EN SU SANTÍSIMA FE… ESPERANDO ANSIOSAMENTE LA MISERICORDIA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO PARA VIDA ETERNA.

¿Alguna vez has tenido que confiar en Dios en medio de un tiempo muy difícil, como en la pérdida de uno de tus padres, de uno de tus abuelos o de algún amigo? Puede ser difícil confiar en Él en momentos así, e incluso puedes sentir que te estás alejando del Señor. Pero Dios todavía te ama y Sus promesas siguen siendo verdaderas. Si Jesús te ha salvado, nada puede separarte de Él. El Señor seguirá cuidando de ti y haciendo crecer tu fe en Él.

Clave de Hoy
0 replies

Leave a Reply

Want to join the discussion?
Feel free to contribute!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *