La casa de muñecas

—¡Hola, abuelita! —saludó Alba cuando llegó a la casa de su abuela—. Estoy feliz por pasar el fin de semana contigo.

—Yo también —expresó la abuela, abrazando a su nieta—. ¿Cómo va todo en casa?

Alba frunció el ceño.

—Pensé que era bueno que papá se haya casado otra vez, pero ahora Mónica y yo no nos llevamos bien.

—¿Por qué? —preguntó la abuela—. Hija, Mónica es una hija de Dios muy agradable. Y la Biblia dice que debes honrar a tus padres. Eso incluye a tu madrastra.

—Bueno, ella no honra a mi madre, así que no veo por qué debo yo honrarla a ella.

La abuela levantó las cejas.

—¿Cuál es el problema?

—Ella está cambiando todo —declaró Alba—. Mamá tenía nuestra casa perfecta, pero Mónica está moviendo los muebles y los cuadros por todos lados. No cocina lo mismo que mamá, ¡e incluso está cambiando algunas de las reglas de la casa! Y lo peor de todo es que mi papi no se ve molesto con todo esto… ¡está de acuerdo con ella! —la niña suspiró—. ¡No es justo! Siento que estoy perdiendo a mi mamá de nuevo.

Después de la cena, la abuela llevó a su nieta al ático.

—Antes que tu madre muriera, me pidió que te diera esto cuando tuvieras la edad suficiente —le contó la abuela mientras quitaba la cubierta de un objeto grande.

—¡Su casa de muñecas! Mamá me contó cómo jugaba con ella todo el tiempo —Alba se agachó para mirar los cuartos diminutos—. ¡Me encanta! ¿Puedo pintarla, abuelita? Quiero que la habitación sea azul y este antiguo salón podría ser un cuarto de juegos.

—¿De veras? —preguntó la abuela—. Pero a tu mamá le gustaba su casa así. ¿No crees que sería deshonrarla si cambias todo?

Alba se veía impactada.

—Pero yo solo… no veo cómo —la niña hizo una pausa, después miró a su abuela—. Me diste esta casa de muñecas hoy a causa de Mónica, ¿verdad?

La abuela asintió.

—Dios te bendijo con una madrastra cristiana maravillosa. Él la ama y la puso en tu vida porque también te ama a ti y quiere que la honres y la obedezcas. Mónica no está deshonrando a tu madre, a pesar de que no haga las cosas exactamente como las hacía tu mamá.

—Sé que tienes razón, abuelita —admitió Alba con un suspiró—. Obedeceré a Mónica y honraré sus decisiones, tal como lo hice con mi mamá.

Ruth McQuilkin

HONRA A TUS PADRES Y PADRASTROS

VERSÍCULO CLAVE: Éxodo 20:12

HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE.

¿Tienes una madrastra o un padrastro? ¿Te molesta cuando hacen las cosas de modo diferente a cómo tu familiar lo hubiera hecho? Jesús sabe lo que se siente tener un padrastro. Después de venir a la tierra como un bebé, fue criado por Su madre y Su padrastro, José. Confía en que Jesús te ayudará a demostrar Su amor a tus padres, padrastros o abuelastros, al honrarlos y obedecerlos.

Clave de Hoy
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