La banca pintada (Parte 1)
El abuelo alzó la mirada cuando Gaby empezó a caminar fatigosamente y se sentó a su lado, afligidamente. “¿Qué pasó?”, preguntó el anciano.
Gaby respiró profundamente. “Eduardo está enojado conmigo. Le dije que le ayudaría con sus tareas, pero me olvidé y salí con mis amigos. Traté de compensarlo limpiando su habitación para darle una sorpresa, pero eso solo causó más problemas. Además, rompí su juguete favorito. Ahora nunca más volverá a hablarme”.
El abuelo esperó que Gaby se calmara. “¿Te disculpaste?”
“¿De qué sirve?”, preguntó Gaby. “¡Nunca me va a perdonar!”
El anciano miró para abajo. “¿Qué piensas de esta banca, hijita?”
La niña se encogió de hombros. “Parece como si le hubieran dado de golpes… algo así como yo me siento”
El abuelo sonrió. “Ha estado aquí afuera por mucho tiempo, así que es obvio que se vea así. Ya he terminado de reparar parte de la manera y ahora quiero pintarla. ¿Me ayudas?”
“Claro”, contestó Gaby y juntos comenzaron a pintar la banca.
Unos minutos después, Gaby retrocedió unos pasos para admirar su trabajo. “¡Guau! ¡Ahora la banca se mira casi como nueva!”, exclamó.
“Sí, ¿verdad?”, expresó el abuelo. “¿Sabes? Nuestras relaciones son como esta banca. A veces pasan por momentos difíciles y quedan golpeadas y desgastadas. En ocasiones, hasta pueden romperse. Pero si realmente atesoras la relación, te tomarás el tiempo para tratar de arreglarla, como yo lo hice con esta banca, reemplazando parte de la madera”.
“Pero él no olvidará todas las cosas malas que le hice, aun si le pidiera perdón”, comentó Gaby.
El anciano acarició el hombro de su nieta. “Admitir que hemos hecho algo malo y pedir perdón es como poner una nueva capa de pintura. No necesariamente borrará las partes viejas y malas de la relación, pero permite que la otra persona sepa que lo sientes y que quieres hacer mejor las cosas. Es difícil, pero Jesús estará contigo. Él nos perdona cuando admitimos nuestros errores y nos da la fuerza para pedir perdón cuando hemos ofendido a otros”.
Gaby asintió, pensativa, y luego fue a buscar a su hermano. — GABRIELLA HSU
PIDE PERDÓN A LAS PERSONAS QUE HAS OFENDIDO
VERSÍCULO CLAVE: SANTIAGO 5:16
CONFIÉSENSE SUS PECADOS UNOS A OTROS, Y OREN UNOS POR OTROS PARA QUE SEAN SANADOS.
¿Te parece que a veces no sirve
de nada que pidas perdón? Ignorar el problema
parecería ser la decisión más fácil, pero puede ser la más perjudicial. Arregla tus relaciones pidiendo perdón cuando
hayas cometido una ofensa. Pídele a Jesús
que te perdone cuando hayas herido a alguien, y confía en que Él te ayudará a
decirle a la persona a la que hiciste daño que también te perdone.
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