Igual que papá

Un día, cuando Natán y su padre estaban de compras, un anciano se acercó a ellos.

—Disculpe —dijo el hombre—. Mi nombre es Guillermo Costales. Los he estado observando y no pude evitar notar cuánto se parecen a alguien con quien fui a la escuela hace muchos años. Su nombre era Natán Nóbel. ¿Ustedes son familiares de él?

—¡Ese es mi nombre y es el nombre de mi papá también! —el niño sonrió—. Papá es Natán Nóbel hijo y yo soy Natán Nóbel tercero —agregó con orgullo—. Pero usted se ve muy mayor como para haber ido a la escuela con mi papá.

Los dos hombres rieron.

—Hijo, creo que este caballero está hablando de tu abuelo —explicó su padre.

El señor Costales asintió.

—Sabía que debían ser familia —aseguró después de conversar unos minutos—. Su hijo, con su cabello rojo y sus pecas, se parece mucho a Natán cuando estaba en la escuela de gramática. Los dos también caminan y hablan como él.

Después que el señor Costales se fuera, papá sonrió a Natán.

—Para mí es un verdadero halago que me hayan reconocido como el hijo de mi padre —expresó—. Siempre he admirado mucho a mi papá y supongo que he copiado su forma de ser en más aspectos de lo que me había dado cuenta. Estoy realmente orgulloso de ser igual que mi papá.

—Sí, ¡eso fue genial! —afirmó Natán—. El señor Costales no había visto al abuelo en años, pero reconoció cuánto nos parecemos a él.

El padre se quedó pensativo.

—Hay alguien más a quien deberíamos parecernos, hijo —declaró—. La Biblia dice que deberíamos ser imitadores de Dios. La gente observa nuestras acciones y oye nuestras palabras, y deberían poder darse cuenta de que Dios es nuestro Padre.

—Pero Dios es perfecto y Él puede hacer todo tipo de milagros —señaló Natán—. No podemos ser iguales a Él.

—Eso es cierto —admitió papá—. Pero si recordamos que somos hijos de Dios y que Él nos ha dado el Espíritu Santo para que trabaje en nuestras vidas y hacernos más como Jesús, eso nos ayudará a demostrar Su amor, perdón y bondad a otros. Entonces algunas personas dirán: «Allá va un hijo de Dios».

MARY ROSE PEARSON

TRATA DE PARECERTE A TU PADRE CELESTIAL

VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 5:1

SEAN, PUES, IMITADORES DE DIOS COMO HIJOS AMADOS.

¿Alguna vez te han dicho que te ves, hablas o actúas como uno de tus padres? ¿La gente puede darse cuenta al verte que eres una hija o un hijo de Dios? Si haces y dices las mismas cosas que Jesús haría y diría si estuviera en la tierra hoy, los demás te reconocerían como uno de los hijos de Dios. Confía en que Él te ayudará a demostrar a los demás el amor de Jesús, para que puedan darse cuenta de que eres una hija o un hijo de Dios.

Clave de Hoy
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