Huellas digitales

Tea volteó una página y le mostró un dibujo del Papá Oso a su hermanita menor, después siguió leyendo la historia en voz alta.

—«¿Quién se ha comido mi sopa?», gruñó el papá oso.

Su hermano Eladio interrumpió.

—El Papá Oso podía haber descubierto quién se la comió si hubiera sacado las huellas digitales de su cuchara. Todos tienen huellas digitales diferentes, no hay dos iguales, jamás. Solo había que buscar a quién pertenecían esas huellas y encontraban al criminal.

—Qué bien, Eladio. Ahora déjanos terminar la historia —le pidió Tea.

Pero Eladio tomó su lupa y la sostuvo encima de los dedos de Tea.

—¿Ves esos surcos? Dejan una marca en todo lo que tocas. Los investigadores de la policía usan polvos especiales para sacar las huellas digitales. El polvo se pega a las marcas invisibles. El investigador cepilla con cuidado el polvo que queda entre los surcos y toma una fotografía —Eladio se relajó en su silla—. También pueden levantar la huella con una cinta adhesiva especial.

—¡Eladio! En este momento no nos importan las huellas digitales. Solo queremos leer la historia —le indicó Tea.

—Bueno, solo creí que deberían saber, en caso de que tuvieran alguna intención de ir a mi habitación y meterse con mis cosas —advirtió Eladio con una sonrisa traviesa—. Sé cómo levantar las huellas con el kit para detectives que me dieron por mi cumpleaños, ¡así que lo lamentarán si lo hacen!

Tea torció los ojos.

—¡Como si yo quisiera tocar algo de tu desordenada habitación!

—Creo que hay otra clase de huella que nos debería preocupar más —opinó la madre de los niños, que había entrado en la habitación—. Debemos pensar en las huellas que dejamos en las vidas de otras personas.

—¿Huellas en las vidas de otras personas? ¿Qué significa eso? —preguntó Eladio.

—Me refiero a las impresiones que dejamos en los demás —respondió mamá—. Al igual que las huellas digitales, nos identifican, no por los surcos, sino por lo que hay en nuestros corazones nuestras palabras y acciones dejan atrás impresiones que afectan a otros. Como cristianos, queremos que esas impresiones sean iguales al amor que Jesús puso en nuestros corazones.

—Porque queremos guiar a las personas hacia Él, ¿verdad? —preguntó Tea.

—Correcto —afirmó su madre—. Debemos hablar y actuar de tal manera que ayudemos a las personas a que sepan cuánto Jesús las ama. No hay dos personas que tengan las mismas huellas digitales, pero cuando dependemos de Jesús para que nos ayude a amar a los demás como Él nos ama, las impresiones que dejamos atrás guiarán a otros hacia el Señor.

LUCINDA J. ROLLINGS

DEJA BUENAS IMPRESIONES

VERSÍCULO CLAVE: JUAN 13:35

EN ESTO CONOCERÁN TODOS QUE SON MIS DISCÍPULOS, SI SE TIENEN AMOR LOS UNOS A LOS OTROS.

¿Qué tipo de impresiones dejas en los demás? ¿Las cosas que haces y dices son bondadosas y alentadoras, o son egoístas e hirientes? Si eres cristiano, las impresiones que dejas en los demás deberían guiarlos a Jesús. Él demuestra Su amor para nosotros a través de cualidades como bondad, paciencia y perdón. Trata a los demás de la misma manera, para que las impresiones que dejes atrás te identifiquen como alguien que tiene el amor del Señor en su corazón.

Clave de Hoy
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