Hormigas que ayudan
—¿Qué te parece si tomamos un descanso? —sugirió papá. Él dejó de pedalear, apoyó su bicicleta en un árbol y se dejó caer en la banca del parque, junto al sendero para bicis.
—¡Buena idea! —afirmó Santiago—. ¡Estoy cansado y tengo sed!
El niño y su padre tomaron las botellas de agua que traían en sus bicis. Papá también sacó dos barras de granola de su bolso y le entregó una a su hijo.
Mientras Santiago quitaba el envoltorio, un pedazo de granola cayó al piso. Una pequeña hormiga apareció y trató de llevárselo rápidamente. El niño observó cómo la hormiga lo intentaba una y otra vez, pero el pedazo era demasiado grande para que ella lo pudiera cargar. Un momento más tarde, apareció una masa de hormigas que corrían a toda velocidad. Trabajaron juntas, levantando y dejando caer la granola varias veces, hasta que se rompió en pedazos más pequeños. Entonces cada hormiga agarró un pedacito y todas salieron corriendo en la misma dirección.
—¿Viste eso? —preguntó Santiago—. Esa hormiga necesitaba ayuda, ¡y la recibió!
—Sin duda, recibió ayuda —contestó su padre—. Ese es un buen ejemplo de cómo deberíamos actuar como cristianos.
Santiago miró a su papá.
—Te refieres a que deberíamos ayudarnos unos a otros, ¿verdad? Como cuando esa fuerte tormenta destrozó el techo de nuestro garaje el verano anterior y algunos hombres de nuestra iglesia nos ayudaron a repararlo. Con toda su ayuda, lo arreglaron en poquísimo tiempo. Un trabajo grande se hizo pequeño… igual que con las hormigas.
Su padre asintió.
—Estoy seguro de que los hombres de nuestra iglesia no lo pensaron en ese momento, pero les demostraron a nuestros vecinos el amor que los cristianos deberían tener unos por otros.
—Pero ¿no se supone que también debemos demostrar el amor de Dios al ayudar a las personas que no conocen a Jesús? —preguntó Santiago.
—Sí —aseguró papá—. Ayudar a los que no conocen a Jesús puede ser una manera poderosa de demostrar a la gente quién es Él y cómo es Él, pero ayudar a otros cristianos también les hace ver eso —papá y Santiago se levantaron y se pusieron sus cascos—. Nuestro vecino, el señor López, se quedó tan impresionado por lo que hicieron nuestros amigos de la iglesia para ayudarnos con el techo, que quería saber más acerca de nuestra iglesia —agregó el padre—. Le expliqué que nos amamos unos a otros porque Jesús nos ama tanto que murió por nuestros pecados y resucitó. Estoy orando para que el señor López conozca también a Jesús pronto.
EUNICE C. MATCHETT
DEMUESTRA EL AMOR DE DIOS
VERSÍCULO CLAVE: GÁLATAS 6:10
HAGAMOS BIEN A TODOS SEGÚN TENGAMOS OPORTUNIDAD, Y ESPECIALMENTE A LOS DE LA FAMILIA DE LA FE.
¿Pueden las personas ver el amor de Dios en tu disposición para ayudar a otros? Al tener una actitud bondadosa, que busca ayudar, puedes demostrarles a los demás que perteneces a Jesús. Cuando las personas te ven hacer cosas, como ayudar a un vecino a limpiar su jardín o darle la bienvenida a un niño nuevo en tu escuela o iglesia, ellas ven el amor que Jesús ha puesto en tu corazón… y puede que alguno de ellos incluso decida que también quiere a Jesús en su vida.
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!