Hojas obstinadas
Iris apuntó a un roble junto a la ciclovía donde estaba montando bicicleta con su papá y su hermano, Eduardo.
—¡La mitad de las hojas de ese árbol son verdes y la otra mitad son marrones! —comentó.
Eduardo rio.
—Supongo que no puede decidir si es primavera u otoño.
El padre detuvo su bicicleta bajo el árbol.
—Esas hojas marrones son las que quedaron del año pasado —explicó—. Este tipo de roble no está dispuesto a dejar sus hojas caer en el otoño. Ni los fuertes vientos y las fuertes nevadas del invierno pueden arrancarlas de las ramas.
—Bueno, el árbol se vería más lindo si dejara caer esas hojas feas e inútiles —opinó Iris.
—Tal vez ese árbol se parezca mucho a nosotros —aseguró papá—. A veces también nos aferramos a las cosas, como los pensamientos y acciones pecaminosos.
—Como poner apodos a la gente —declaró Eduardo—. Tú hacer eso, Iris.
La niña suspiró.
—Lo sé —aceptó—, pero al menos no voy por ahí señalando los defectos de los demás e ignorando los míos —ella le puso una mala cara a su hermano.
—Está bien, lo admito —dijo Eduardo—. No sé por qué siempre noto los errores de otros más que las cosas buenas que hacen.
Mientras se montaban nuevamente en sus bicicletas, Iris preguntó:
—¿Qué hace que esas hojas marrones finalmente caigan? Sé que no se quedan todo el verano en el árbol.
—Cuando las hojas nuevas crecen y cubren el árbol, empujan a las viejas —respondió papá—. Las hojas viejas deben abrirles paso a las nuevas y, ¿saben una cosa? Nuestras vidas como cristianos también son así. La Biblia dice que nuestros viejos hábitos y deseos son pecaminosos, como las hojas muertas. Pero, cuando confiamos en Jesús, el Espíritu Santo nos cambia, nos hace una nueva creación y pone Su amor y Sus deseos en nuestros corazones, como las hojas frescas en la primavera.
—Entonces, ¿queremos que las hojas nuevas en nuestras vidas empujen a las muertas? —preguntó Iris.
Su padre asintió.
—El árbol brota nuevas hojas al dar más energía y nutrientes para el nuevo crecimiento —afirmó—. Y Jesús nos da el poder de soltar nuestros viejos hábitos para vivir de una manera que demuestre a los demás la nueva vida que tenemos en Él.
Trudy Vander Veen
VIVE TU NUEVA VIDA EN JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: Efesios 4:24 (NTV)
PÓNGANSE LA NUEVA NATURALEZA, CREADA PARA SER A LA SEMEJANZA DE DIOS, QUIEN ES VERDADERAMENTE JUSTO Y SANTO.
¿Hay pecados o malos hábitos de los que parece que no te puedes deshacer? Todos tenemos «hojas muertas» de ese tipo, pero Jesús ofrece perdón y esperanza. Él nos ha dado el Espíritu Santo para que tengamos el poder de reemplazar esas cosas muertas con palabras y acciones que traen vida. Confía en que el Señor te ayudará a soltar los viejos hábitos y a vivir la nueva vida de amor que Él te ha dado.
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