Fidelidad al mudarse
Benancio bajó la visera de su gorra para esconder las lágrimas que amenazaban por bajar por sus mejillas. Respiró profundamente y se enfocó en su casa, que podía ver por la ventana del automóvil y se iba haciendo cada vez más pequeña hasta que casi no podía verla. “¿Por qué, Dios?”, oró mientras se escapaba una lágrima. “¿Por qué debemos dejar todo y a todos para mudarnos lejos?”
Los ojos de su papá se conectaron con los de Benancio por el espejo retrovisor. “Hijo, lo siento. Sé que vas a extrañar mucho a tus amigos y a la casa. Esto no es fácil para ninguno de nosotros”.
Mamá se dio la vuelta y acarició la mano de su hijo. “¿Recuerdas la historia en la Biblia sobre cuando Abraham tuvo que mudarse?”
“Sí. Dios le dijo que saliera de su país y dejara a su pueblo, y él lo hizo”.
“¿Te imaginas si tuviéramos que mudarnos sin tener idea de dónde terminaríamos después, como Abraham?”, preguntó papá.
“¡Eso sería una locura!”, afirmó Benancio.
“Se requeriría una fe de locos”, comentó su madre con una sonrisa.
Su padre encendió los limpiaparabrisas mientras la lluvia empezaba a caer. “Cuando Abraham salió de su tierra, dio inicio a una serie de eventos que eventualmente llevaron al nacimiento de Jesús en el linaje de Abraham. Dios usó la fiel obediencia de Abraham para traernos a todos la bendición de la salvación”.
“Y estamos siendo fieles al ir donde Dios quiere, aun si no entendemos todas Sus razones”, aseguró mamá. “Debemos recordar que Él estuvo dispuesto a entregar a Su Hijo para salvaron y confiar en Su promesa de usar todo en nuestras vidas para el bien”.
Papá apagó los limpiaparabrisas al momento que el sol entraba por las ventanas del vehículo. Benancio apoyó su cabeza en la ventana y ahogó un grito. “Mamá, papá, ¡miren! ¡Hay un enorme arcoíris!” Los colores brillantes deslumbraban en contraste con el cielo gris. “Creo que Dios nos está recordando que, sin importar a dónde vayamos, Él siempre será fiel y siempre nos ayudará”.
Su padre asintió. “Creo que tienes razón, hijito”.
En el rostro de Benancio se dibujó una sonrisa. “Puede que no me guste que tengamos que mudarnos, pero me alegra que seamos fieles y que vayamos donde Dios desea. ¡Y, vayamos donde vayamos, siempre tendremos a Jesús!” – SAVANNAH COLEMAN
CONFÍA EN EL PLAN DE DIOS PARA TU VIDA
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 8:28 (NVI)
AHORA BIEN, SABEMOS QUE DIOS DISPONE TODAS LAS COSAS PARA EL BIEN DE QUIENES LO AMAN, LOS QUE HAN SIDO LLAMADOS DE ACUERDO CON SU PROPÓSITO.
¿Te preguntas por qué Dios ha permitido algún cambio inesperado en tu vida? Puede que nunca sepamos todas Sus razones para permitir que ciertas cosas sucedan, pero podemos confiar en que Él será fiel. Solo Dios sabe qué nos depara el futuro y Su amor por nosotros nunca falla. Podemos confiar en Él y obedecerlo, sabiendo que siempre estará con nosotros.
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