Estaciones de la vida

Juliana se sentó en la banca del patio trasero y pateó las hojas muertas que había alrededor de sus pies. Era uno de los peores días de su vida. Acababa de descubrir que su tía Karen había fallecido con cáncer.

La niña se desplomó en el espaldar de la banca y pensó en cómo la tía Karen solía llevar con frecuencia a Juliana y a su madre de compras y a comer los sábados, antes de su enfermedad. Era su «día de chicas». Una lágrima bajó por la mejilla de Juliana cuando se dio cuenta de que las tres nunca volverían a tener otra aventura juntas.

En ese momento, mamá salió de la casa y se sentó en la banca. Ella tomó a su hija en sus brazos y ambas se sentaron allí y lloraron. Después de unos minutos, Juliana se sentó derecha y secó las lágrimas de sus ojos.

—Mamá, ¿mi corazón siempre me va a doler tanto así? ¿Alguna vez me sentiré mejor?

La madre se secó sus propias lágrimas y aclaró su voz.

—Las dos amábamos a tu tía Karen y la vamos a extrañar mucho. La Biblia dice que hay un tiempo y una estación para todo, y en este momento es nuestro tiempo para llorar —ella respiró profundamente—. Al menos podemos estar alegres porque sabemos que ella ya no está sufriendo y que algún día la volveremos a ver.

—Me cuesta estar alegre en este momento —admitió Juliana—. Siento que voy a llorar para siempre —la niña empezó a patear nuevamente las hojas secas del suelo.

Mamá levantó la mirada y vio los árboles que estaban arriba de ellas.

—¡Hija, mira cómo esos árboles están perdiendo sus hojas! ¿Crees que algún día las volverán a tener?

Juliana miró a su madre, confundida.

—Por supuesto que sí, mamá. Van a crecer nuevas hojas en los árboles cuando llegue la primavera. Tú lo sabes.

—Sí —afirmó la madre—. Los árboles perdieron sus hojas porque pasan por estaciones… y nosotras también pasamos por estaciones y temporadas en nuestras vidas. Algunas son buenas y otras son difíciles, pero Jesús siempre está con nosotras en todas ellas. Podemos confiar en que Él nos sacará adelante en esta temporada de luto, porque sabemos que no durará para siempre. Las estaciones cambian y, cuando llegue el día en que finalmente veamos a Jesús cara a cara, todos nuestros problemas y tristezas desaparecerán para siempre —mamá puso su brazo alrededor de Juliana—. Confía en que Dios nunca te dejará ni te olvidará, sin importar en cuál estación te encuentres.

MELISSA YEAGLE

CONFÍA EN DIOS EN LOS TIEMPOS DIFÍCILES

VERSÍCULO CLAVE: HEBREOS 13:5 (PDT)

DIOS DIJO: «NUNCA TE ABANDONARÉ NI TE DEJARÉ SOLO».

¿Estás pasando por un tiempo difícil ahora mismo? ¿Sientes que nunca se va a terminar? Todos pasan por diferentes estaciones en su vida, y a veces están llenas de dificultades o tristeza. Pero, sin importada en qué temporada te encuentres, Jesús está contigo y Él se preocupa por ti. Confía en que el Señor te ayudará a salir adelante en las temporadas difíciles de la vida, con la esperanza de que llegará el día en que Él hará nuevas todas las cosas y tus problemas acabarán.

Clave de Hoy
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