Ese es mío
—Papá, ¿cuántas personas hay en la tierra? —preguntó Sofía una tarde.
—No recuerdo exactamente —contestó su padre—. Miles de millones. ¿Hablaron de eso en la escuela?
—No —respondió la niña—, pero nuestra maestra en la iglesia habló sobre cómo Dios ama a todas las personas, y algunos de nosotros nos preguntábamos cuántas serían.
—Bueno, no sé el número exacto, pero tu maestra tiene razón… Dios sí ama a cada persona —aseguró papá—. Él nos ama tanto que Jesús murió por los pecados de todo el mundo.
—Ya que hay tantas personas, se me ocurre que Él se olvidaría quién es quién —opinó Sofía—. O sea, hay muchas niñas que tienen cabello castaño y ojos cafés y se llaman Sofía. ¡En mi clase hay dos, de hecho! Entonces, ¿cómo sabe Dios cuál soy yo? —ella sonrió—. ¿Cómo sabe Dios cuál es la que quiere la bicicleta para su cumpleaños?
Su padre rio.
—No te preocupes, hijita. Dios sabe que tú eres la que quiere una nueva bici… ¡y yo tampoco puedo olvidarlo!
Mamá entró y tomó su suéter.
—El concurso para hornear pasteles en el gimnasio de la escuela es esta noche y estoy lista para salir. ¿Quién quiere venir conmigo?
—Todos queremos ir —indicó papá—. ¡Vayamos!
En el gimnasio, diversos pasteles en contenedores idénticos de cristal llenaban varias mesas.
—¡Todos se parecen! —exclamó Sofía—. Excepto que algunos son blancos y otros son de chocolate.
—Los están probando de manera muy estricta por su sabor, no por su apariencia —explicó la madre—, entonces las reglas decían que no había que poner decoraciones. Pero yo sé cuál es el mío —sus ojos buscaron en todas las mesas—. ¡Allí! —mamá apuntó a la mesa con los pasteles de chocolate—. El segundo desde el final, ese es el mío.
—¿Estás segura? —preguntó Sofía—. A mí me parece que se ve igual que los demás.
—A mí no —declaró mamá—. Y sí, estoy segura. Yo lo hice y veo las pequeñas diferencias, como las pequeñas espirales en el glaseado.
El padre sonrió a su hija.
—¿Recuerdas lo que estábamos conversando en casa? Dios te creó y eres muy especial para Él. No hay dos personas que se vean iguales para Él. El Señor nos hizo únicos a cada uno y Él sabe todo de nosotros. Tu mamá conoce su pastel, y Dios te conoce a ti. De ninguna manera te confundiría con otra persona.
SUZANNE DALY
DIOS TE CONOCE
VERSÍCULO CLAVE: ISAÍAS 43:1 (NBV)
EL SEÑOR, QUIEN TE CREÓ, DICE: ¡NO TEMAS, PUES YO TE RESCATÉ, YO TE LLAMÉ POR TU NOMBRE, ERES MÍO!
¿Alguna vez te has preguntado si Dios sabe quién eres? ¡Él sí sabe! El Señor te creó y te hizo tal como eres, y sabe todo sobre ti. La Biblia dice que aun sabe cuántos cabellos hay en tu cabeza (Mateo 10:30). Él envió a Su propio Hijo para morir por ti, para que puedas ser parte de Su familia. Ten la seguridad de que Dios te ama y se preocupa de cada parte de tu vida.
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