Enciéndelo

—¿A qué hora pusiste la cena en el horno, papá? —preguntó Liam—. ¡Tengo hambre! Me parece que hemos esperado demasiado para que la lasaña esté lista, pero ni siquiera puedo olerla todavía.

—Yo tampoco —afirmó su padre, mirando su reloj—. La receta decía que tenía que estar en el horno como por una hora —papá se levantó y fue a la cocina—. ¡Oh, no! —exclamó—. El botón del horno debe haberse atorado otra vez, ¡no se encendió! Parece que la cena no estará lista por un buen rato.

—Pero, papá, me estoy muriendo del hambre —se quejó Liam.

—Lo siento. Comamos una manzana mientras esperamos —cada uno eligió una manzana color rojo brillante—. Esto me hace acuerdo de lo que dijo el pastor Germán en la iglesia la semana pasada —observó el padre antes de darle un mordisco a la fruta—. ¿Recuerdas lo que nos dijo?

Liam asintió.

—Dijo que muchas veces leemos la Palabra de Dios, pero no la aplicamos a nuestras vidas. Pero ¿qué tiene que ver eso con el horno y nuestra lasaña?

—Bueno, aprendemos sobre Dios cuando vamos a la iglesia y leemos la Biblia. La Palabra de Dios nos dice lo maravilloso que Él es y cómo podemos tener una relación con el Señor a través de Su Hijo, Jesús, quien murió y resucitó para salvarnos del pecado. también nos dice cómo vivir como Su pueblo, para que los demás puedan ver el amor de Dios en nuestras vidas. Pero si oímos lo que la Biblia dice sin que lo pongamos en práctica, es como si no encendiéramos la verdad de Dios en nuestras vidas. El conocimiento está ahí, frío, como nuestra lasaña. Debemos hacer lo que dice la Biblia. Lo primero que tenemos que hacer es confiar en Jesús para que Él pueda llenar nuestras vidas con Su paz, amor y gozo. De otro modo, nos quedamos…

—Con hambre —completó Liam con el ceño fruncido—. ¡Como yo, en este momento!

—Con hambre espiritual —continuó papá—. Y, cuando estamos hambrientos espiritualmente, no podemos seguir poniendo las palabras de Dios en práctica al ser amables, amorosos y dejando a un lado el egoísmo.

—Sí —afirmó Liam—. ¡Me cuesta hacer esas cosas cuando tengo hambre físicamente!

Su padre rio.

—¡Entonces nos conviene que ya se esté empezando a oler esa lasaña que se está cocinando! 

NANCE E. KEYES

APLICA LA PALABRA DE DIOS A TU VIDA

VERSÍCULO CLAVE: SANTIAGO 1:22 (NVI)

NO SE CONTENTEN SOLO CON OÍR LA PALABRA, PUES ASÍ SE ENGAÑAN A USTEDES MISMOS. LLÉVENLA A LA PRÁCTICA.

¿Has oído historias bíblicas y has aprendido versículos en la iglesia? ¿Escuchas el mensaje de estas enseñanzas y lo aplicas a tu vida? ¿O te olvidas de todo el momento que sales de la iglesia? Si no aplicas lo que enseñan, no te sirven de nada. Escucha la verdad que Dios da en la Biblia y después confía en que Él te ayudará a ponerla en práctica.

Clave de Hoy
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