En un lugar seguro
—Vendré a recogerte después de la escuela para llevarte a ver al abuelo al hospital —les dijo su madre a Jairo y Alexa, mientras se ponían sus abrigos.
El niño trató de tragar el nudo que sentía en la garganta.
—El abuelo… ¿se va… se va a morir?
Mamá dio un respiro profundo.
—No lo sé, hijo. Pero, pase lo que pase, el abuelo está en las manos de Dios y Jesús cuidará de él.
—Pero ¿cómo cuidar del abuelo significa dejarlo morir? —preguntó Alexa.
—Sé que es difícil de entender, pero eso es porque lo vemos desde nuestro punto de vista —explicó mamá—. Jesús tal vez decida llevarse al abuelo par que esté con Él en el cielo, y aunque no entendemos por qué Él nos quitaría al abuelo, podemos dar gracias porque el abuelito conoce a Jesús y estará muy feliz cuando lo vea —los niños. Asintieron, pero ninguno estaba convencido del todo.
De camino a la escuela, Alexa le entregó a Jairo un poco de dinero.
—Hermano, ¿puedes guardar esto por mí? Quiero comprarle al abuelo un globo de «mejórate pronto» antes de ir al hospital, pero no tengo un buen lugar para guardar mi dinero.
—Está bien —afirmó Jairo antes de guardar el dinero en su bolsillo.
Después de la escuela, los niños subieron al automóvil de su mamá.
—¿El abuelo está mejor? —preguntó Jairo.
Su madre negó con la cabeza.
—Está igual.
—¿Dónde está mi dinero, Jairo? —Alexa extendió su mano mientras mamá se estacionaba frente a la tienda. El niño sacó el dinero del bolsillo y se lo entregó. La hermana sonrió—. Mi amiga Nicole trajo dinero a la escuela en la mañana, pero en la tarde no podía encontrarlo. Ella cree que lo perdió en el patio de juegos. Gracias por cuidar de mi dinero.
Cuando Alexa pagó por el globo, la madre se dirigió a Jairo.
—Tú pudiste cuidar el dinero de tu hermana mejor que ella. Así como Alexa confió en ti, podemos confiar en Jesús. Aunque las cosas no salgan como quisiéramos, sabemos que el abuelo está al cuidado de Dios porque pertenece a Jesús… y Él también cuidará de nosotros.
Alexa se acercó a ellos y le entregó a Jairo una moneda de 25 centavos.
—¿Puedes guardar este dinero por mí, hermano? Yo podría perderlo.
Jairo asintió y puso la moneda en sus bolsillos, donde estaría a salvo.
BARBARA J. WESTBERG
CONFÍA A DIOS EN TODO TIEMPO
VERSÍCULO CLAVE: 2 TIMOTEO 1:12 (NTV)
YO SÉ EN QUIÉN HE PUESTO MI CONFIANZA Y ESTOY SEGURO DE QUE ÉL ES CAPAZ DE GUARDAR LO QUE LE HE CONFIADO HASTA EL DÍA DE SU REGRESO.
¿En quién confías? ¿Confías en que tus padres y abuelos cuidarán de ti? ¿Confías en tus hermanos con las cosas que te pertenecen? ¿Qué dices de Jesús? Si has confiado en Él para que te salve y te dé vida eterna, puedes confiar en Jesús en todo tiempo. Él promete que cuidará de ti, aun cuando permita que sucedan cosas que no entiendas. El lugar más seguro en que tú y tus seres queridos pueden estar es al cuidado de Dios.
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