El títere

Jacinto estaba tan emocionado que a duras penas pudo abrir su regalo de cumpleaños. Esperaba que fuera un títere, algo que había querido desde que un ventrílocuo se presentara en un evento de la escuela. El niño rompió la caja para abrirla y, en efecto, adentro había un títere. Su hermanita menor, Jade, lo miró maravillada.

—¡Un muñeco! —exclamó—. ¡Ahora podemos jugar juntos a las muñecas, Jacinto!

—¡Para nada! —contestó el niño—. No es un muñeco. Es un títere como el que tenía ese hombre en el festival de nuestra escuela. ¿Lo recuerdas?

—Su títere estaba vivo —aseguró Jade—. Podía moverse y hablar, pero el tuyo no puede, ¿verdad?

—No estaba vivo como nosotros. Ese hombre hacía que se moviera y hablaba por él —Jacinto sonrió—. ¡El mío también cobrará vida así!  Lo llamaré Vicente y aprenderé cómo ser un ventrílocuo para hacer que Vicente se mueva y hable.

Jacinto comenzó a esforzarse ese mismo día para aprender cómo girar la cabeza de su títere, cómo mover su boca y hablar por él.

—Ahora Vicente está vivo, tal como el títere de ese hombre —comentó Jade varias semanas después.

Su hermano mayor sonrió. Pensó en que estaba llegando a ser lo suficientemente bueno como para dar una presentación como ventrílocuo.

Una mañana, en el devocional familiar, su padre abrió la Biblia en el segundo capítulo de Efesios.

—Y Él les dio vida a ustedes, que estaban muertos en sus delitos y pecados —leyó.

Jade frunció el ceño.

—¿Qué son delitos?

—Son las cosas malas que hacemos —explicó Jacinto—. Son casi lo mismo que los pecados.

—Bueno, ¿quién estaba muerto, entonces? —preguntó la niña.

—De cierta manera, todos lo estábamos, y muchos siguen muertos —respondió papá—. Dios dice que todos hacemos cosas malas porque nacimos en pecado y el pecado hace que estemos espiritualmente muertos —él miró a su hijo—. Las personas somos como Vicente, el títere de Jacinto. Vicente es completamente inútil y sin vida, excepto cuando Jacinto habla por él y lo controla. Vicente necesita a Jacinto para cobrar vida, y las personas necesitan a Jesús para tener vida espiritual. Cuando confiamos en Jesús, Él nos hace libres del pecado y hace que cobremos vida.

Jade sonrió a su hermano.

—Es como cuando Jacinto hace que Vicente tenga vida.

—Y es mucho mejor cuando Dios nos da vida —afirmó papá con una sonrisa—. Porque la vida que Él nos da es real, y dura para siempre.

MARY ROSE PEARSON

JESÚS TE DA VIDA

VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 2:1

Y ÉL LES DIO VIDA A USTEDES, QUE ESTABAN MUERTOS EN SUS DELITOS Y PECADOS.

¿Estás vivo? ¿O sigues muerto en tus pecados? Quizá estés tratando de dar lo mejor de ti para ser bueno y así poder entrar algún día en el cielo. Pero Dios dice que eres un pecador, y una persona espiritualmente muerta no puede tener vida eterna con Él. Debes recibir la vida que solo Jesús te puede dar. Si no has confiado en Él como tu Salvador, hazlo hoy mismo. ¡Entonces comenzarás a vivir de verdad! (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).

Clave de Hoy
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