El sol sigue brillando
Eva zigzagueaba para esquivar los charcos de lodo mientras caminaba en la lluvia hacia su casa, pero aun así sus pies se estaban mojando. «Sé que mamá y papá tenían que trabajar hasta tarde hoy, pero me hubiera gustado que pidieran a alguien que me llevara a casa», pensó con tristeza. «¡Y ellos saben que no me gusta estar sola en la casa!».
Pero cuando Eva llegó al porche de su casa, se sorprendió al ver allí a su hermana mayor.
—¡Hola! —saludó Catarina—. Vine a pasar el fin de semana en casa para descansar de la universidad —ella sonrió—. Qué día tan hermoso y soleado, ¿no crees?
—¡No, no lo creo! —se quejó Eva, secándose el agua de la cara.
—¡Oh, pero sí lo es! —insistió Catarina—. Aun si no lo parece.
—Creo que has estado estudiando demasiado, hermana. Tu cerebro también está descansando este fin de semana.
—Entonces, ¿estás diciendo que el sol no está allí? —preguntó Catarina, dando un vistazo a las densas nubes—. ¿Desapareció por completo?
—Por supuesto que no —contestó Eva—. Pero está escondido, seguramente. ¡No lo he visto en muchos días!
—Bueno, solo porque no lo vemos no significa que no esté allí. Detrás de aquellas nubes oscuras, ¡el sol sigue brillando! Esto es asó para mostrarnos que no siempre podemos confiar en lo que vemos… tenemos que confiar en la verdad —cuando Eva no respondió, Catarina sonrió y agregó—. Mira el ejemplo de Jesús.
—-¿Jesús? —preguntó Eva—. ¿A qué te refieres?
Catarina explicó:
—Cuando suceden cosas malas, podríamos sentir que estamos totalmente solos, pero no es así. Jesús siempre está con nosotros. La verdad es que Él está allí, ya sea que lo sintamos o no.
—Entonces las nubes son como nuestros problemas —comentó Eva—. Las nubes evitan que veamos los rayos del sol, aunque este sigue allí, y lidiar con las cosas difíciles probablemente evite que sintamos que Jesús está con nosotros, pero Él en realidad sí está allí.
—¡Correcto! —afirmó Catarina—. Debido a que Jesús murió y resucitó para vencer el pecado y la muerte, nada puede separarnos de Dios y Su amor. Esa es Su promesa en la Biblia y deberíamos confiar en Él. El sol siempre está brillando y el amor de Dios siempre brilla también.
Eva sonrió.
—Está bien. ¿Qué te parece si salimos a caminar? —la niña rio cuando su hermana hizo una mueca—. ¡Vamos, Catarina! ¡No dejes que un poquito de lluvia te detenga en este hermoso día soleado!
DIANE STRAWBRIDGE
CONFÍA EN DIOS, NO EN TUS SENTIMIENTOS
VERSÍCULO CLAVE: HEBREOS 13:5 (NTV)
DIOS HA DICHO: «NUNCA TE FALLARÉ. JAMÁS TE ABANDONARÉ».
¿Has confiado en Jesús como tu Salvador? Si respondes que sí, Él promete que siempre estará contigo y nunca te dejará. Puede que no siempre sientas que el Señor está allí, pero no dependas de tus sentimientos. Confía en la verdad de la Palabra de Dios, que dice que Él siempre estará con Sus hijos. No hay nada que pueda separarte de Dios ni de Su amor.
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