El robot de Malaquías

Malaquías y Nieves observaban cómo sus robots de juguete marchaban por la habitación. El de Malaquías estaba hecho de plástico transparente y se podían ver piezas y luces dentro del cuerpo del robot.

—Mi robot se ve mejor que el tuyo —comentó Nieves—. Es bonito, es brillante, y no se pueden ver las partes feas del interior.

—Bueno, los robots no necesariamente tienen que verse bien —opinó Malaquías—. ¡Tienen que hacer cosas geniales! El mío probablemente puede caminar más rápido que el tuyo. Hagamos una carrera arriba.

Los niños estaban a punto de iniciar la carrera de robots cuando oyeron un fuerte trueno y las luces se apagaron.

—¿Qué pasó? —preguntó Nieves.

—Debe ser la tormenta —contestó Malaquías—. Vayamos abajo —los niños se dirigieron a las gradas, pero estaba oscuro y tuvieron que sentir el camino con la pared—. ¡Espera un minuto! —dijo el niño, encendiendo su robot. Las luces empezaron a brillar y pronto los niños estaban abajo en la sala, guiados por la luz del juguete.

En pocos minutos, las luces iluminaron el garaje y después mamá y papá siguieron la iluminación de sus teléfonos celulares hasta llegar a la sala.

—¡Llegaron! —exclamó Nieves—. ¡Qué aterradora es esta oscuridad!

—Pero mi robot nos ayudó —les contó Malaquías, quien orgulloso demostró cómo su robot los había salvado—. Nieves estaba presumiendo su robot brillante, pero fue el mío, el transparente, el que nos dio luz.

—Bueno, el mío todavía se ve mejor —insistió Nieves.

Papá rio.

—Sus robots me recuerdan a los cristianos —aseguró mientras mamá iba a buscar unas velas—. ¿Pueden adivinar por qué?

—¡Oh, ya sé! —afirmó Malaquías—. Los cristianos deberían ser luz en el mundo, y mi robot es así —él frunció el ceño—. Pero el de Nieves no da luz.

—No, pero el suyo ilustra algo diferente que pueden hacer los cristianos —declaró papá—. A veces escondemos la luz de Jesús por estar más preocupados en la apariencia que damos a los demás. Jesús es nuestra luz, y Su luz brilla a través de nosotros cuando demostramos Su amor al mundo, con la ayuda del Espíritu Santo.

Nieves inclinó su cabeza.

—Entonces, del mismo modo que vimos la luz a través del robot de Malaquías, el mundo debería ver a Jesús a través de nosotros —la niña se volvió a su hermano y le dijo—: Pero te apuesto a que el mío es más rápido.

—¡Veamos quién gana! —le retó Malaquías mientras tomaba su robot para empezar la carrera.

JOYCE R. LEE  

HAZ BRILLAR TU LUZ PARA JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: MATEO 5:16

ASÍ BRILLE LA LUZ DE USTEDES DELANTE DE LOS HOMBRES, PARA QUE VEAN SUS BUENAS ACCIONES Y GLORIFIQUEN A SU PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS.

¿Sabías que, si conoces a Jesús como tu Salvador, tienes Su luz en tu interior? Cuando mostramos a otros Su amor a través de nuestras palabras y acciones, hacemos brillar Su luz en el mundo. No escondas la luz de Dios por seguir tus deseos egoístas o por preocuparte de lo que otros podrían pensar de ti. Confía en que el Espíritu Santo te guiará y te ayudará a ser una luz que brilla para Jesús.

Clave de Hoy
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