El mejor tratamiento

Tea inhaló el vapor de su nebulizador. La niña sintió que los músculos de su pecho se relajaban el momento que el aire entraba. Unos minutos antes, un ataque de asma le había robado su aliento.

—¿Cómo te sientes ahora? —preguntó su madre cuando Tea exhaló.

—Mejor —contestó la niña—. Quisiera no tener asma.

—Lo sé —indicó mamá—. Pero gracias a Dios tenemos esta medicina para cuando te dan los ataques.

—Mamá, ¿por qué Dios no me sana del asma como se lo he pedido? —preguntó Tea—. ¿Acaso Dios no me quiere?

—No sé por qué Dios sana a algunas personas y no a otras. Aun cuando Jesús vivió en la tierra, algunos enfermos no fueron sanados. Pero sí sabemos que Jesús los amaba y que Él te ama porque murió para que nuestros pecados puedan ser perdonados.

—Entonces, ¿de qué sirve orar si Dios no me va a sanar? —preguntó Tea—. De todos modos, tengo la medicina que me hace sentir mejor cuando lo necesito.

—¿Recuerdas cuando te llevamos a emergencias durante tu primer ataque de asma? —preguntó mamá.

—Sí, eso me dio miedo —admitió la niña—. ¡Casi no podía respirar para nada! Entonces vino el doctor Segoviano y él sabía cuáles eran las medicinas que yo necesitaba.

—Quizá, ya que tienes tu medicina, ya no necesitemos más al doctor Segoviano —sugirió su madre.

—Pero, mamá, ¡él está a cargo de mi tratamiento! —protestó Tea.

—Tienes razón, hija. Todavía necesitamos al doctor Segoviano… y también necesitamos a Dios. Cuando oramos, le pedimos al Señor que se encargue de nuestras vidas. Dios te ama y está obrando para tu bien. De hecho, el Señor dio el conocimiento para tratar el asma a los médicos como el doctor Segoviano. Tus medicinas salieron de la tierra que Él creó. Tu doctor no está aquí para cada ataque, pero confiamos y seguimos el tratamiento que nos dio. No sabemos todas las maneras en las que Dios está trabajando en nuestras vidas, pero sabemos que Él nos ama y siempre está con nosotros, aun cuando los médicos no puedan estar. Podemos confiar en que Dios sabe exactamente lo que necesitamos y está produciendo cosas buenas, aun cuando no responda nuestras oraciones como le pedimos.

Tea suspiró.

—Entonces supongo que el mejor tratamiento para mi asma es seguir orando y confiar en que Dios está a cargo.

HEIDI SCHMIDT  

PÍDELE A DIOS QUE SE ENCARGUE DE TU VIDA

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 34:15

LOS OJOS DEL SEÑOR ESTÁN SOBRE LOS JUSTOS, Y SUS OÍDOS ATENTOS A SU CLAMOR.

¿Has dejado de orar por un problema que ha durado mucho tiempo? ¿No estás seguro de lo que Dios está haciendo al respecto? Recuerda que la oración es pedirle a Dios que esté a cargo. La oración es una invitación para que Dios camine contigo y traiga Su poder a tu vida. Dios siempre te escucha. Él te ama y te dio el regalo de Su Hijo, Jesús, quien murió para darte vida eterna. Puedes confiar en que Él está obrando para tu bien.

Clave de Hoy
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