El mejor tipo de regalo
«Lo único que tengo para el cumpleaños de mi mamá es el libro de recetas que hice en mi clase de la escuela y las flores que corté», pensó Nidia. «Quisiera tener más dinero para comprarle algo lindo». La niña sabía que su papá le había comprado a su madre un nuevo celular, Nicolás le compró un collar y Natalia había comprado una botella de su perfume favorito.
Cuando Nidia le entregó a su mamá el regalo de cumpleaños, Nicolás miró las flores y resopló burlonamente.
—Esos son hierbajos —exclamó.
Natalia levantó sus cejas cuando vio la portada del libro de recetas, que Nidia había dibujado.
—¿Lo hiciste en la escuela? —preguntó, y su hermana podía notar el tono de desprecio en su voz.
—¡Me encantan las flores y el libro! —dijo su madre, pero Nidia salió corriendo de la habitación, llorando. Mamá se levantó para seguirla.
La niña lloró con más fuerza cuando su madre la abrazó.
—Los regalos que te di no son tan lindos como los demás que recibiste —se lamentó.
Mamá besó la frente de Nidia.
—Para mí lo son. Puedo ver que dedicaste mucho tiempo para hacer el libro de recetas… y ya vi una que quiero probar mañana. ¡Y me encantan las flores!
Nidia sollozó.
—Vi esas flores en el campo que queda detrás de la casa de la abuela. Me parecieron lindas, así que las corté para ti.
—Son muy hermosas —aseguró la madre—, y me parece un gesto muy dulce de tu parte —ella abrazó a su hija—. Algo que me gusta mucho de tu regalo es que vino de tu corazón. Un regalo del corazón es el mejor de todos. No se me ocurre nada que quisiera más que eso.
—¿En serio?
—Te lo prometo —afirmó mamá—. ¿Y sabes una cosa? No solo me diste el libro de recetas y las flores, sino que también me diste un ejemplo maravilloso del tipo de regalo que deberíamos ofrecer a Dios.
—¿Qué deberíamos darle a Dios? —preguntó Nidia.
—Nosotros mismos —contestó su madre—. Entregarnos a nosotros mismos significa amar al Señor y servirlo con todo nuestro corazón, como respuesta al regalo que Él nos dio: Su propio Hijo, Jesús, quien murió y resucitó para salvarnos del pecado. Ese es el mejor regalo que podemos ofrecer —mamá tomó la mano de Nidia—. ¡Vamos! Tengo ganas de comer el pastel de cumpleaños. — JANE WEVERINK
ENTRÉGATE A DIOS
VERSÍCULO CLAVE: 2 CORINTIOS 8:5
SE DIERON A SÍ MISMOS AL SEÑOR.
¿Has aceptado el regalo que Dios te ofrece, es decir, la vida eterna a través de Jesús? (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti). A cambio, ¿te has entregado a Dios? ¿Lo sirves porque Lo amas y quieren que otros Lo conozcan también? ¿Estás dispuesto a dar de tu tiempo o tu dinero para demostrar a otros Su amor? Él te dio el mejor de todos los regalos cuando envió a Jesús para salvarte. Entrégate a ti mismo en respuesta a ese gran amor.
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