El imán
—¡Detesto la tarea! —refunfuñó Rosa mientras daba golpes con la afilada punta de su lápiz en un largo problema de división.
Sebastián levantó su nariz de su libro de ciencias.
—No me molesta hacer las tareas de ciencias. ¡Estos imanes son geniales! Mira esto —el niño tomó un clavo y lo frotó en un imán varias veces. Después sostuvo el clavo cerca de un alfiler—. ¿Lo ves? ¡El alfiler se pegó como si fuera un imán de verdad!
—¡Guau! —exclamó Rosa—. ¿Por qué pasa eso?
—Algo del magnetismo se quedó en el clavo —explicó Sebastián.
—¿Puedo intentarlo? —preguntó Rosa. Ella tomó el clavo y lo sostuvo junto a un sujetapapeles, riendo cuando este saltó para pegarse al clavo. Después sacó una horquilla de su cabello y sostuvo el clavo encima. Esta vez no sucedió nada.
—El clavo rápidamente pierde su poder para atraer las cosas si no lo frotas en el imán otra vez —aseguró Sebastián—. Por eso no se le pegó esa horquilla. Para que siga funcionando, tenemos que frotarlo en el imán una y otra vez.
Rosa le devolvió el clavo a su hermano y regresó a su tarea de matemáticas mientras el niño seguía jugueteando con el imán.
—Este imán es tal como un cristiano —dijo.
Rosa lo miró, confundida.
—¿A qué te refieres?
—¡Bueno, mira! Este imán es como Dios y el clavo es como nosotros —declaró Sebastián—. Cuando Dios nos salva, nos acerca a Él —el niño lo ilustró frotando el clavo en el imán—. El clavo recibe su poder del imán y nosotros recibimos es poder de Dios para amar a Dios como Jesús y atraer a las personas hacia Él.
Rosa asintió.
—Cuando dejamos que el poder del Espíritu Santo nos guíe para saber cómo vivir, la gente verá el amor de Dios en nuestras vidas y querrá lo que tenemos. Seremos cristianos magnéticos. Pero, si nos enfocamos en nuestros propios deseos egoístas, en lugar de lo que Dios quiere, entonces seremos como un clavo común y corriente otra vez —ella sonrió a su hermano—. Oye, ¡eres muy inteligente al pensar en eso! ¡Estoy sorprendida!
Sebastián también sonrió.
—¡Muy bien! Sigue pensando así. A pesar de que mi maestra en la iglesia usó un imán como este para una ilustración en clase la semana pasada, eso no significa que no hubiera podido pensarlo por mi cuenta —el niño rio cuando Rosa aventó un borrador en su dirección.
ELLEN C. ORR
SÉ UN CRISTIANO MAGNÉTICO
VERSÍCULO CLAVE: HECHOS 1:8 (NTV)
RECIBIRÁN PODER CUANDO EL ESPÍRITU SANTO DESCIENDA SOBRE USTEDES; Y SERÁN MIS TESTIGOS, Y LE HABLARÁN A LA GENTE ACERCA DE MÍ EN TODAS PARTES.
¿Sabías que puedes ser como un imán que atrae a otros a Jesús? Si lo conoces como tu Salvador, tienes el Espíritu Santo en ti. Él te da el poder para vivir una vida que apunte a otros a Jesús y les haga ver Su amor por nosotros. Confía en que Dios te ayudará a enfocarte en los deseos que Él ponga en tu corazón, como seguir a Jesús y demostrar Su amor a los demás, para que puedas ser un cristiano magnético.
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