El equipaje de la vida (Parte 1)

—¡Pesa demasiado! —Santiago arrastraba su maleta por el aeropuerto—. ¡Papá, necesito un carrito para equipaje!

Su padre rio.

—¿Qué empacaste? ¿Piedras?

—Solo una.

Papá dejó de caminar.

—¿En serio?

—¡No quería olvidarme de nuestro jardín!

—Bueno, sigamos —el padre apuntó hacia adelante—. Nuestra puerta de embarque está más lejos.

Después que Santiago se dejó caer en una silla, notó a las muchas personas que pasaban por allí. Una mujer canosa arrastraba una maleta que tenía la mitad de su tamaño. «Me preguntó qué tendrá ahí», pensó el niño. «Debe tener muchas cosas que no quiere olvidar». Después pasó una niña pequeña que cargaba una bolsita pequeña. «Crayones y dulces», adivinó Santiago. «No pesa mucho».

—¿Sabes? —comentó papá mientras observaba a las personas que pasaban—. Todos tienen equipaje.

En ese momento, Santiago vio a un hombre que solo sostenía un celular.

—Él no.

—Claro que sí. Digamos que tu vida es una maleta, hijo. Cada amigo, conversación, partido de deportes o examen es un artículo en tu equipaje. Cargamos las cosas buenas y malas con nosotros, pero a veces las malas se vuelven pesadas y es difícil que carguemos eso por todos lados.

—Entonces, ¿qué pasa cuando la vida es tan pesada? —preguntó Santiago, mirando su maleta.

—Esa es la mejor parte —aseguró el padre—. Jesús llevará todas tus cargas para que puedas descansar, como ese hombre que solo carga su celular.

En ese momento, un anuncio se escuchó por los altoparlantes.

—Grupo cuatro, por favor, comience a abordar.

—¡Es el nuestro! —Santiago se levantó de un brinco y tomó su maleta, pero su brazo estaba muy adolorido para levantarla—. Oye, papá, ¿podrías ayudarme?

—Por supuesto que sí —papá agarró la maleta de su hijo y abordaron el avión.

Cuando estuvieron sentados y sus maletas, guardadas, Santiago se volvió a su padre.

—Entonces, ¿cómo es que Jesús lleva mis cargas?

—Bueno —contestó papá—, Él nos quitó nuestra mayor carga, el castigo por nuestro pecado, cuando murió en la cruz. Y quiere que le demos nuestras preocupaciones y remordimientos al Señor en oración, y que confiemos en que Él para que nos ayude con nuestros problemas y perdone nuestras ofensas. En lugar de tratar de manejar las cargas pesadas de la vida por nuestra cuenta, Jesús quiere darnos paz y descanso.

—Ya lo entiendo —dijo Santiago—. ¡Jesús es el que carga mi equipaje!

Kelly Carlson

JESÚS LLEVA TUS CARGAS

VERSÍCULO CLAVE: Salmo 55:22

ECHA SOBRE EL SEÑOR TU CARGA, Y ÉL TE SUSTENTARÁ.

¿Hay algo pesado en tu vida? A veces hay demasiado dolor o problemas, y no podemos llevar solos esa carga. Cuando la vida se pone pesada, recuerda que Jesús tomó la carga de tu pecado y quiere que te acerques a Él para que pueda darte descanso. Pídele al Señor que lleve tu carga y te dirija a un adulto que te pueda ayudar.

Clave de Hoy
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