El día genial de Sofía

“¡Oh, no!”, gimió Sofía cuando pisó su propio pie y cayó sobre su amiga.  “Lo siento, Anabela.  No soy buena para esto”.

A Sofía no le estaba yendo nada bien en las clases de baile todo el día.  Pero entonces… todo mejoró. 

Cuando terminó la clase, Sofía salió corriendo al automóvil, donde le esperaban su madre y su hermano mayor, Rodrigo.  “¡La clase estuvo genial hoy!”, les contó.

“¿En serio?”, preguntó mamá.  “¿Por qué?  ¿Estaban fáciles los pasos de baile?”

“No, estaban muy difíciles.  Metí la pata y caí encima de Anabela.  Fue muy vergonzoso.  Pero entonces la señorita Melania se olvidó de los pasos y enredó a todos”.

Su madre se veía confundida.  “Entonces, ¿cómo así fue un día tan genial?”

Rodrigo respondió en lugar de su hermana: “Porque cuando los adultos se equivocan, ya no nos sentimos tan ridículos”.

“¡Sí!”, afirmó Sofía.  “Rodrigo me entiende.  Cuando me caí, me sentí como la peor bailarina.  Pero la señorita Melania es una excelente bailarina, entonces, si ella se equivoca, entonces sé que también podré ser igual de buena si sigo practicando”.

“Ya veo”, dijo mamá.  “Me alegra que te hayas dado cuenta de que todos cometen errores, incluyendo los adultos”.

“Sí, pero a veces parecería que los niños se equivocan más que los adultos”, comentó Rodrigo.  “Tú y papá casi nunca se enfadan.  Pero, cuando lo hacen, lo admiten y tratan de mejorar”.

Su madre rio.  “Rodrigo, tú sabes que tu padre y yo no somos perfectos.  También hacemos cosas mal, incluso si no son obvias para ti.  Pero cuando nos equivocamos, le pedimos a Jesús que nos perdone y confiamos en que Él nos ayudará a mejorar.  La Biblia dice que el único que es perfecto es Dios.  Todos somos pecadores que cometen errores, esa es la razón porque Jesús murió en la cruz por nuestros pecados, para que podamos ser perdonados”.

“Eso dice el versículo de la Biblia que estamos aprendiendo en la iglesia”, indicó Sofía.  “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y limpiarnos de toda… de toda… suciedad”.

“Bien hecho, Sofía”, le felicitó mamá con una sonrisa.  “Pero la última palabra no es suciedad.  Es maldad, que se refiere a la forma en que ofendemos a Dios”.

“Bueno, no si vas a la habitación de Rodrigo”, bromeó Sofía, “¡ahí encontrarás suciedad!”

“¡Oye!”  Rodrigo miró a su hermana y se encogió de hombros.  “¡Nadie es perfecto!”

Mamá sonrió.  “Pero Dios nos limpia de toda la suciedad… y la maldad”.  —  TERESA AMBORD

JESÚS TE PERDONA

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 1:9

SI CONFESAMOS NUESTROS PECADOS, ÉL ES FIEL Y JUSTO PARA PERDONARNOS LOS PECADOS Y PARA LIMPIARNOS DE TODA MALDAD.

¿Te sientes mal cuando cometes errores?  ¿Has sentido que las demás personas no hacen tantas cosas malas como tú?  Nadie es perfecto.  Todos nos equivocamos, y la Biblia dice también que todos pecamos.  Pero Jesús nos ama y nos ofrece Su perdón.  Cuando hagas algo malo, confiésalo al Señor.  Él te perdonará y te ayudará a hacer lo correcto.

Clave de Hoy
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