El control remoto (Parte 1)

—Espero que sí nos den carros de carreras a control remoto para nuestro cumpleaños —comentó Esdras mientras esperaba junto a su hermano gemelo a que los recogieran de la escuela.

—Yo también —afirmó Luis—. Pero ahora que papá está sin trabajo, sabes que no los recibiremos —el niño pateó una piedra que estaba en la vereda.

—No estés tan seguro —opinó Esdras—. Cuando la tía Isabel llamó la semana pasada, nos preguntó lo que queríamos y le dije que nuestro deseo era tener esos carros. ¡Quién sabe! Quizá ella los compre para nosotros.

Cuando los niños llegaron a su casa, había una caja grande en la mesa. Era para ellos… un paquete de la tía Isabel. ¿Podría ser cierto? ¡Lo era! Era un carro a control remoto… bueno, más o menos.

—¿Un camión a control remoto? —preguntó Luis—. ¿No es un carro de carreras? ¿Y solo uno?

Esdras lo miró, sin poder creerlo.

—¿Eso significa que tendremos que compartirlo?

—Parece que sí —contestó su madre.

Los niños suspiraron, pero tomaron turnos para jugar con el camión y aprender a usar el control remoto.

—Es difícil retroceder el camión con ese tráiler pegado ahí —señaló Luis después de un rato—. No me esperaba que fuera así.

—¿Qué esperabas? —preguntó mamá.

—Que cada uno de nosotros recibiría un carro —admitió Esdras.

—Yo ni siquiera esperaba recibir un carro a control remoto —indicó Luis—. Supongo que realmente deberíamos estar agradecidos por este camión, aun si tenemos que compartirlo.

—Estoy de acuerdo con eso —dijo su madre—. Díganme, ¿qué son las cosas divertidas que les gusta de este camión?

—Bueno —expresó Esdras—, sí tiene velocidad turbo.

—Y vino con un tráiler —agregó Luis—. Es divertido descubrir cómo hacerlo retroceder de la manera correcta.

—¿Qué les parece si le llaman a su tía Isabel para darle las gracias? —sugirió mamá—. Mencionen las cosas que les gustan del regalo y agradézcanle por eso —los niños asintieron—. Y quizá su nuevo camión también puede ser un recordatorio para darle gracias a Dios por todo lo que les ha dado —continuó la madre—. Él les dio el mejor de todos los regalos cuando envió a Jesús para salvarlo. El Señor siempre provee y hace lo mejor para ustedes… aun si es maneras que no esperan.

TAIT E. POWELL

TEN UN CORAZÓN AGRADECIDO

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 100:4

DENLE GRACIAS, BENDIGAN SU NOMBRE.

¿Das gracias a las personas por los regalos que te dan, aun si no era lo que habías pedido o esperado? No seas como los nueve leprosos de la lectura bíblica de hoy, que no dieron las gracias. Ten un corazón agradecido por los regalos que recibas, especialmente los que vienen de Dios. Él no siempre nos da lo que pedimos, pero debido a que nos dio a Su propio Hijo, podemos confiar en que el Señor nos dará exactamente lo que necesitamos.

Clave de Hoy
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