Dios lo nota

—¿Quién quisiera hacerme el favor de llevarle este formulario al director? —preguntó la señora Luna—. Es muy importante y él lo está esperando.

Flavio levantó la mano muy algo para que su maestra lo viera.

—Puedes ir, Flavio —indicó la maestra.

El niño camino orgulloso a la oficina del director con el formulario en su mano, pero cuando llegó allá, él no estaba. Flavio dejó el formulario en el escritorio del director y caminó lentamente de regreso a su clase.

—Y yo que pensé que era un trabajo importante —balbuceó para sí mismo.

Durante el recreo, Flavio recogió todas las pelotas en las canchas y las puso en el contenedor. Nadie pareció notarlo.

De camino a su casa, una mujer dejó caer sus llaves en la vereda. Flavio las recogió y se las devolvió, pero ella se fe sin siquiera darle las gracias. El niño suspiró y siguió a su casa arrastrando los pies. Su madre estaba en la cocina cuando llegó.

—¿Quisieras un bocadillo? —le preguntó. Flavio se encogió de hombros—. ¿Qué pasó, hijo? —inquirió mamá—. ¿Está todo bien?

—Mi maestra en la iglesia dice que, como Jesús nos salvó, se supone que debemos hacer buenas obras para demostrar a los demás Su amor y que tenemos fe en Él. Pero ¿de qué sirve si nadie se da cuenta de las cosas buenas que hago?

Su madre hizo una pausa.

—¿Recuerdas el año que tu papá no tuvo trabajo? —le preguntó.

—Sí —contestó Flavio. Él lo recordaba. Fue un año difícil.

—¿Y recuerdas cómo aparecía una tarjeta de regalo del supermercado y un versículo de la Biblia en nuestro buzón todas las semanas, sin falta? —le volvió a preguntar mamá. Nuevamente, el niño asintió—. Esos versículos y tarjetas de regalo nos ayudaron a salir adelante durante un tiempo muy difícil, pero nunca descubrimos quién estaba detrás de eso —le contó su madre—. ¿Por qué no nos dejaron darles las gracias?

—Supongo que era suficiente sentirse bien por ayudarnos —opinó Flavio.

—Seguramente sí —afirmó mamá—. Pero también creo que sabían que la Biblia nos dice que hagamos nuestras buenas obras en secreto y que Dios, quien ve todo, nos recompensará. Aunque tus buenas obras no sean apreciadas aquí en la tierra, sigue haciéndolas. Dios ve todas las obras buenas que realizas por los demás por el amor que Él te ha mostrado y sabe que las haces para Él.

LAURA KUEHN

DIOS VE TUS BUENAS OBRAS

VERSÍCULO CLAVE: GÁLATAS 6:9 (NVI)

NO NOS CANSEMOS DE HACER EL BIEN, PORQUE A SU DEBIDO TIEMPO COSECHAREMOS SI NO NOS DAMOS POR VENCIDOS. 

¿Te frustras cuando los demás no aprecian las cosas buenas que haces? No dejes de hacer el bien. Jesús, quien te ama tanto que murió por tus pecados para hacerte un hijo o hija de Dios, aprecia cada cosa buena que hagas por el amor que tienes hacia Él. Recuerda que le estás sirviendo al Señor, no a las personas, y que Él te recompensará a Su manera y en Su tiempo.

Clave de Hoy
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