Detrás de los muros del castillo
—¡Apúrate! ¡Levanta el puente levadizo, Virgilio! —Mauricio se apresuró a entrar en el castillo de cartón que habían armado en su sótano—. ¡El enemigo se acerca!
Virgilio elevó el puente y los dos niños espiaron por unas ranuras muy angostas en los muros.
—Ahora no podrán cruzar el foso —aseguró Virgilio—. Y, aunque lo hicieran, nuestros fuertes muros nos mantendrán a salvo.
En ese momento, su padre bajó por las gradas, seguido por la hermana de los niños, Caris.
—Creo que es hora de un descanso —indicó, sosteniendo un tazón con palomitas de maíz.
Todos se sentaron en los patios del castillo para comer palomitas y admirar las torres en las esquinas, hechas con las grandes cajas de un refrigerador. Las torres estaban conectadas por muros de cartón.
—Este castillo es muy divertido, papá —comentó Mauricio—. Gracias por ayudarnos a construirlo.
—A mí no me parece que se ve como un castillo —opinó Caris—. Creí que los castillos eran lugares grandes y hermosos, con muchas habitaciones elegantes.
—Este castillo es más una fortaleza, no un palacio —explicó papá—. Las fortalezas se usaban hace muchos años para proteger a las personas de sus enemigos —él tomó un puñado de palomitas del tazón—. ¿Sabían que la Biblia describe a Dios como una fortaleza?
—¿De verdad? —preguntó Virgilio—. ¿Cómo puede ser una fortaleza?
—Bueno —respondió su padre—, ¿recuerdas que esta mañana vimos en las noticias que hubo un tiroteo en una escuela?
Caris asintió.
—Eso me asustó.
—A mí también —admitió Virgilio—. ¿Y si pasa algo así en nuestra escuela?
—Vivimos en un mundo pecaminoso y pasan cosas malas por todos lados —expresó papá—. Pero podemos encontrar paz al correr a nuestra fortaleza, a Jesús, quien sacrificó Su vida para salvarnos del pecado y de la muerte. Podemos acercarnos a Él y confiar en que el Señor cuidará de nosotros.
—Pero todavía podríamos ser alcanzados por una flecha enemiga, incluso dentro de nuestro castillo —declaró Mauricio.
—Es cierto —afirmó su padre—. Y a veces incluso los cristianos resultan heridos. Pero, cuando nos refugiamos en el Señor, podemos tener paz porque sabemos que estamos a salvo con Él. Podemos estar seguros de que, aun si una flecha, si algo malo nos hiciera daño, el Señor estaría con nosotros. Aun la misma muerte no puede separarnos de Jesús, porque Él conquistó la muerte cuando resucitó. No importa lo que pase, podemos tener paz porque sabemos que hemos recibido la vida eterna en Jesús.
JODY HEDLUND
DIOS DA PAZ
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 18:2 (NTV)
EL SEÑOR ES MI ROCA, MI FORTALEZA Y MI SALVADOR; MI DIOS ES MI ROCA, EN QUIEN ENCUENTRO PROTECCIÓN.
¿Alguna vez te has asustado por algo que oíste en las noticias? Vivimos en un mundo pecaminoso donde pasan muchas cosas malas, pero, si eres cristiano, tienes una fuerte fortaleza a la que puedes correr para buscar protección: ¡Jesús! Él promete que estará contigo y te dará paz, aun si pasan cosas malas. Cuéntale tus preocupaciones y temores, y confía en que el Señor estará contigo.
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!