Demasiado tarde
“Ya terminé mis deberes. ¿Puedo ver televisión?”, preguntó Lucas cuando llegó donde sus padres, que estaban en la sala. “¿Qué están mirando?”
“Un documental sobre el Titanic”, contestó su madre.
“Qué aburrido. ¡Debe haber algo mejor para ver que un documental!”, protestó el niño.
“Creo que este te va a parecer interesante”, opinó papá. “¿Sabes qué es el Titanic?”
“Claro, es un barco enorme. Pensaban que no podría hundirse, pero se hundió”, respondió Lucas. “¿Qué fue lo que les hizo creer que no podría hundirse, por cierto?”
“Veamos el documental y así lo sabrás”, señaló mamá.
“Bueno, está bien”. Lucas gruñó mientras se acomodaba en el piso. “Pero sé que será aburrido”. Sin embargo, en pocos minutos quedó atrapado en la historia del Titanic.
Cuando terminó el programa, Lucas se puso de pie y se estiró. “¡Ni siquiera tenían suficientes botes salvavidas!”, exclamó. “¿No creen que, al menos, debieron haber provisto más a bordo? O sea, cuando uno está en el mar y el barco se está hundiendo, ¡es demasiado tarde para conseguirlos!”
Su padre asintió. “Es muy fácil que veamos lo insensatos que fueron, pero me parece que nosotros podemos ser igual de insensatos. A veces también creemos que nunca nos vamos a hundir”.
“¿Te refieres a las personas que tienen botes y creen que no se pueden hundir?”, preguntó Lucas, incrédulo.
“No estoy hablando de embarcaciones. Me refiero a personas que creen que no habrá ninguna consecuencia por las malas acciones pecaminosas que realizan”, explicó papá. “Quizá hayan oído que Jesús murió para salvarlos del pecado, pero no creen que necesitan ser salvos. Por eso van por la vida pensando que todo está bien e ignoran el hecho que están en un barco que se hunde. Sus vidas podrían terminar en cualquier momento, y solo Jesús puede salvarlos, antes que sea demasiado tarde”.
Lucas se quedó en silencio, meditando en las palabras de su padre. “Yo… creo que yo soy una de esas personas”, finalmente admitió. “Sé acerca de Jesús, pero nunca he confiado en Él para que me salve. No quiero estar desprevenido como la gente del Titanic. ¡Quiero que Jesús me salve ahora!”
Sus padres sonrieron. “Entonces, oremos”, expresó su madre, “y puedes poner tu confianza en Él”. — BETHANY R. ELMS
CONFÍA EN JESÚS PARA QUE TE SALVE HOY MISMO
VERSÍCULO CLAVE: SANTIAGO 4:14
USTEDES NO SABEN CÓMO SERÁ SU VIDA MAÑANA. SÓLO SON UN VAPOR QUE APARECE POR UN POCO DE TIEMPO Y LUEGO SE DESVANECE.
¿Sabes que eres una persona pecadora que necesita salvarse? ¿Has puesto tu confianza en Jesús? Es algo en lo que tienes que pensar ahora, porque nunca sabes cuánto tiempo te queda en la tierra antes que termine tu vida en este mundo. No esperes a poner tu confianza en Él como tu Salvador. ¡Hazlo ahora mismo! (Haz clic aquí para que conozcas las Buenas Nuevas que Dios tiene para ti).
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