De acosador a amigo
“Extraño tanto a los niños de mi anterior escuela”, comentó Camilo. “El único que me pone un poco de atención aquí es Gustavo, y no es que quiera ser mi amigo. Más bien, es cruel”. El niño le contó a su padre algunas de las cosas poco amables que Gustavo hacía y decía.
“No te culpo por sentirte molesto”, aseguró papá. “Creo que necesito hablar con la escuela sobre él. ¿Has hecho nuevos amigos?”
“No muchos”, indicó Camilo. “Creo que me ayudaría ser mejor en los deportes, más inteligente o fuerte”.
“Fuerte, ¿como Gustavo?”, preguntó su padre. “¿Cuántos amigos tiene él?”
“Bueno, casi no tiene amigos, pero es su culpa. Es un bravucón. Si fuera más amable con los otros niños, tendría más amigos”.
“¿Más amable? ¿No debería ser mejor en los deportes, estudiar más o quizá levantar pesas y hacerse más fuerte?”
Camilo frunció el ceño. “¿De qué serviría eso si él sigue siendo cruel con todos?”
“No sirve de nada”, señaló papá, “pero ¿no es eso lo que crees que te ayudaría a hacer más amigos?”
“Oh, bueno, supongo que tampoco me ayudaría, entonces”, respondió Camilo.
“Para tener amigos y mantenerlos, tienes que ser bondadoso con los demás”, explicó papá. “Muéstrales que te preocupas genuinamente por ellos. Sé paciente y, con el tiempo, se sentirán atraídos a ti. Recuerda, tienes una ventaja”.
“¿Tengo una ventaja?” El rostro del niño se iluminó. “¿Cuál?”
“Puesto que has puesto tu confianza en Jesús, tienes el Espíritu de Dios en ti”, expresó el padre. “Él te ayudará a tratar a otros con Su amor y bondad. A lo mejor, Dios quiera que comiences con Gustavo”.
“¡Gustavo!”, exclamó Camilo. “¿Quieres decir que puede pasar de ser un acosador a ser un amigo?”
“Es posible”, contestó papá. “La mayoría de los bravucones se sienten inferiores. En un esfuerzo por sentirse importantes, actúan como si fueran grandes, pero por dentro se sienten heridos. Ese podía ser el caso de Gustavo. Eso no significa que permitas que él te acose. Yo quiero saber si te hace cosas crueles, para que podamos involucrar a la escuela, de ser necesario. Pero confía en que Dios te ayudará a responderle con bondad y a orar por él también. Te quedarás sorprendido con lo que Dios puede hacer”.
Camilo asintió en silencio. “Está bien, papá. Lo haré”. — DAVE BELLEAU
LA BONDAD HACE CRECER LAS AMISTADES
VERSÍCULO CLAVE: LUCAS 6:27
[JESÚS] LES DIGO: AMEN A SUS ENEMIGOS; HAGAN BIEN A LOS QUE LOS ABORRECEN.
¿Quieres tener más amigos? Hacer amigos y mostrar a otros el amor de Jesús tienen mucho en común. Como cristianos, somos llamados a mostrar la bondad de Dios a todos, aun a aquellos que son crueles con nosotros. Eso no significa que tu bondad siempre será retribuida. Y si alguien te está acosando, es importante que se lo cuentes a un adulto de confianza. Pero, cuando muestras la bondad de Dios a otros, estarás echando los cimientos para una amistad verdadera.
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