Dar y recibir
—¿Qué vas a hacer con eso? —preguntó Cloe al ver que su hermana tomaba cinco dólares de su cajón, antes de la iglesia.
—Hoy van a recoger una ofrenda para el proyecto misionero —le contestó Tatiana—. ¿Lo olvidaste?
—Supongo —respondió Cloe. «¡Pero no voy a ofrendar todos mis cinco dólares!», pensó. Así que, después que su hermana saliera de la habitación, Cloe abrió el cajón donde guardaba el dinero y sacó unas monedas. «Esto será suficiente», pensó mientras ponía el dinero en su bolsillo.
Cuando regresaron a la casa, después de la iglesia, su madre miró las plantas en el patio de la casa, que rebosaban de flores.
—Miren mis pensamientos —les dijo—. ¿No están lindos?
—¡Sí! —Exclamó Tatiana—. ¿Cómo es posible que haya tantas flores hoy? Hace un par de días quitaste todas las que estaban muertas, y también cortaste algunas para hacer ramos, ¿verdad?
—Sí, pero los pensamientos deben ser cortados con frecuencia para que tengan más flores —explicó mamá—. Mientras más los cortes, más flores saldrán.
—Eso no tiene sentido —opinó Cloe.
—Parece difícil de creer, pero es verdad —aseguró su madre—. Es verdad también en otras cosas, como cuando ofrendamos al Señor. Cuando le damos con un corazón generoso y agradecido, recibimos más bendiciones en nuestras vidas.
—¿Quieres decir que Dios nos enviará más dinero si le damos muchas ofrendas? —preguntó Cloe.
—Bueno, no te puedo prometer eso, a pesar de que esa podría ser una forma en la que Él podría decidir bendecirnos —declaró mamá—. Pero las bendiciones extras que Dios nos da a menudo vienen en otras formas, no en dinero. Por ejemplo, creo que la mayor bendición es un sentido de gozo y paz que viene cuando le ofrendamos generosamente al Señor. Cuando le damos con corazones agradecidos por todo lo que ha hecho por nosotros, Él nos recuerda de las bendiciones que ya tenemos en Jesús, quien dio Su vida por nosotros para que podamos tener vida eterna a Su lado. Él también promete que proveerá para nuestras necesidades, para que podamos compartir Su amor con los demás al dar generosamente.
Cloe pensó en Tatiana, que era tan generosa y feliz. Después pensó en cuán infeliz se sentía muchas veces, y tomó una decisión. «Quiero ser como los pensamientos», pensó. «Voy a dar más generosamente por agradecimiento de todo lo que Dios me ha dado».
HAZEL W. MARETT
SÉ UN DADOR GENEROSO
VERSÍCULO CLAVE: LUCAS 6:38 (NTV)
DEN, Y RECIBIRÁN. LO QUE DEN A OTROS LES SERÁ DEVUELTO POR COMPLETO: APRETADO, SACUDIDO PARA QUE HAYA LUGAR PARA MÁS, DESBORDANTE Y DERRAMADO SOBRE EL REGAZO. LA CANTIDAD QUE DEN DETERMINARÁ LA CANTIDAD QUE RECIBIRÁN A CAMBIO.
¿Ofrendas generosamente para el Señor? ¿Das con un corazón agradecido, recordando todas las bendiciones que Él te ha dado? Siempre que des algo para Dios, Él te dará mucho más de lo que le diste. Puede que no sea dinero, pero será la bendición que más necesites. Da generosamente para el Señor y Él usará tu ofrenda para bendecirte a ti y bendecir a otros.
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