Da lo mejor
Marcos entró en el garaje. “Papá, ¿podemos hablar?
“Claro. ¿En qué estás pensando?” El padre dejó de trabajar en su automóvil.
“Hoy tuvimos nuestra reunión del equipo de baloncesto después de la escuela. Los entrenamientos comienzan el lunes”.
“¡Excelente!”, señaló el papá. “¿Estás listo?”
“Estoy muy listo, pero estoy preocupada por Braulio. Él vino a la reunión, pero dijo que tal vez no jugaría este año. Papá, a él le encanta el baloncesto”.
“¿Les dijo por qué tal vez no jugaría?”
“A su papá lo despidieron del trabajo y están apretados de dinero. Los zapatos para baloncesto de Braulio están gastados, pero sus padres no tienen lo suficiente para comprarle unos nuevos por ahora”.
“¿Cómo se siente Braulio sobre eso?”, preguntó el padre.
“Les contó a todos que, en realidad, no le importa jugar este año. Pero, en el camino a casa, me dijo la verdadera razón”. Marcos se sentó en el taburete del garaje de su papá. “Quiero comprar zapatos para Braulio, para que pueda jugar. Tengo un poco de dinero ahorrado, pero necesito un poco más. ¿Puedo hacer tareas extra para ganar el resto?”
“¿Crees que Braulio estaría dispuesto a permitir que le compres nuevos zapatos de baloncesto?”, preguntó su papá.
“A lo mejor debería decirle que los zapatos son un regalo tuyo y de mamá”.
“Podrías hacerlo, pero eso haría que Braulio y sus padres se sientan incómodos”.
“Tienes razón”, admitió Marcos. “¿Qué tal si compro una tarjeta de regalo en la tienda deportiva? Yo se la podría meter a escondidas en su mochila, con una nota anónima. Nadie más lo sabrá. Jesús dice que debemos dar en secreto, ¿no es así?”
“Sí, eso dice Jesús. Dice que debemos dar a los necesitados porque amamos a Dios y queremos compartir Su amor con otros, no para que nos miremos bien. Y, a veces, la mejor manera de hacerlo es manteniendo el secreto”. El padre cerró el capó del automóvil. “Hablemos con tu mamá durante la cena”.
Después de comer, Marcos reunió todo su dinero. Su mamá y su papá acordaron prestarle lo que necesitaba para comprar la tarjeta de regalo.
De camino a casa, después de ir al centro comercial, Marcos estaba muy callado en el asiento trasero. “¿Estás bien, Marcos?”, preguntó el padre.
“Mejor que nunca”, respondió Marcos. “¡Estoy haciendo la lista de tareas que puedo hacer para pagarles!” – LYNDA BOUCHER
DA A LOS NECESITADOS
VERSÍCULO CLAVE: MATEO 6:3-4
PERO TÚ, CUANDO DES LIMOSNA, QUE NO SEPA TU MANO IZQUIERDA LO QUE HACE TU DERECHA, PARA QUE TU LIMOSNA SEA EN SECRETO; Y TU PADRE, QUE VE EN LO SECRETO, TE RECOMPENSARÁ.
¿Tú das a los necesitados? A lo mejor has donado tu dinero durante la Navidad o has dado alguna ropa que ya no te pones. Quizá haya alguien que tú conozcas que tiene necesidad de algo que puedes dar. Lo importante es que recuerdes que, al dar a los necesitados, estás mostrándoles quién es Jesús. Jamás des para llamar la atención. Da para compartir el amor que Jesús te ha mostrado.
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