Cuatro comidas al día

—He tratado de formar el hábito de leer mi Biblia todos los días —indicó Alana mientras tomaba un pedazo de pizza—, pero nunca lo logro —varias personas en el salón asintieron al estar de acuerdo. Su grupo de estudio bíblico tenía una fiesta con pizza y su líder les estaba animando a apartar un tiempo para su devocional diario.

—Leer la Biblia es como comer —explicó el señor Marroquín—. Primero muerdes un bocado, luego lo masticas, después lo tragas y finalmente lo digieres.

—¿Cómo se puede morder un bocado de la Biblia? —preguntó Cloe.

—Bueno, mira esta pizza —señaló el señor Marroquín—. Está cortada en secciones, y la Biblia también está dividida en secciones. Eliges una sección de pizza y también puedes elegir una sección de la Biblia, un libro o un capítulo, o incluso uno o dos versículos.

—Entonces, si eso es morder un bocado, ¿cómo lo masticamos? —preguntó Marco—. ¡Mi abuela siempre me dice que no me meta un bocado tan grande que no podré masticar!

El señor Marroquín rio.

—Ella lo dice para que no te ahogues con tu comida, pero no te preocupes, no te ahogarás por leer la Biblia. Masticar tu bocado de la Biblia solo significa que piensas y oras en los versículos que has leído.

—Está bien, pero ¿cómo tragamos después lo que hemos leído? —preguntó Alana.

—¿Has oído alguna vez que la gente dice que han palabras difíciles de tragar? Eso significa que son difíciles de creer. Entonces, tragar significa creer que la Palabra de Dios es verdadera.

—Entonces, leemos un poquito, pensamos en ese texto y lo creemos —comentó Cloe—. ¿Y qué hacemos después?

—Lo digerimos, ¿recuerdas? Y acabamos de estudiar sobre eso en la escuela —aseguró Marco—. La comida se transforma en algo que la sangre puede llevar al resto del cuerpo.

El señor Marroquín asintió.

—Cuando digerimos la comida, sus nutrientes se convierten en parte de nuestros cuerpos. Y, cuando digerimos lo que hemos leído en la Biblia, su verdad se convierte en parte de nuestras vidas. Dejamos que haga la diferencia cuando escuchamos sus enseñanzas sobre Jesús y sobre quiénes somos como hijos de Dios que han sido salvados del pecado —el señor Marroquín tomó un pedazo de pizza—. Creo que sería una buena idea comer cuatro veces al día: desayuno, almuerzo, cena y una rebanada de nuestras Biblias.

SHERI SHAW

ALIMÉNTATE DE LA PALABRA DE DIOS

VERSÍCULO CLAVE: MATEO 4:4 (NTV)

LA GENTE NO VIVE SOLO DE PAN, SINO DE CADA PALABRA QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS.

¿Te alimentas cuatro veces al día? Del mismo modo que comer es importante para un cuerpo saludable, leer la Palabra de Dios es importante para una vida saludable. Si te cuesta leer la Biblia, comienza con bocados pequeños. Trata de leer solo uno o dos versículos, y piensa en lo que Dios te quiere decir. Después deja que esa Palabra haga la diferencia en tu vida porque la crees y obedeces lo que dice. ¡Aliméntate de la Biblia cada día!

Clave de Hoy
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