Confianza en la escuela dominical
Escarlet, de 12 años, estaba tan emocionada por ayudar a su madre en la clase de escuela dominical para niños de dos y tres años. Muy entusiasmada se puso de pie junto a la puerta del aula para esperar que llegaran los pequeñitos.
La mayoría de los niños venían con sonrisas en sus caras. Sin embargo, no era fácil para todos. Al extrañar a su mamá, la pequeña Marla se puso a llorar por mucho tiempo después que su madre fue a la iglesia y se puso tensa como un tronco en los brazos de Escarlet. Después de un rato, Escarlet dejó a la niña en el suelo con delicadeza y le ofreció un juguete. Marla, muy enojada, se dio la vuelta y se rehusó a jugar durante la mayor parte del tiempo en la escuela dominical.
Un rato después llegó Fabián, un pequeño con el que Escarlet jugaba con frecuencia. Él lloró sin parar, pero en lugar de quedarse tenso en los brazos de Escarlet, la abrazó mientras ella lo mecía. Después de unos minutos, el pequeño estaba listo para jugar con su camión de juguete favorito, y en pocos minutos comenzó a jugar con otros niños.
—Bueno, ¿disfrutaste al servir en el ministerio infantil? —le preguntó su madre en la tarde.
—Sí, me gustó mucho —contestó Escarlet—. ¡Los chiquitos son tan lindos! Me encanta jugar con ellos y hablarles de Jesús durante el tiempo de la enseñanza bíblica.
Mamá sonrió.
—¿Sabes? Es verdad que Dios nos usa para enseñarles a los niños sobre Él, pero me sorprende cuánto ellos me enseñan a mí sobre mi relación con Dios. Muchas veces soy como Marla. Cuando estoy triste, asustada o confundida, le doy la espalda a Dios, tal como ella se alejó de ti. Me olvido de que Dios demuestra Su amor por nosotros al consolarnos en nuestras aflicciones. Jesús nos salvó de nuestros pecados para que Él pudiera estar con nosotros en cada momento del día, todos los días. La Biblia usa palabras como «refugio» y «fortaleza» y «escondedero» para decir que Dios se preocupa por nosotros y promete ser un lugar seguro para nosotros.
—Eso significa que deberíamos ser más como Fabián, ¿verdad? —preguntó Escarlet.
Su madre asintió.
—Él sabía que podía confiar en nosotras como sus maestras, y se aferró a ti y lloró cuando tenía miedo de llegar a la escuela dominical. Después pudo disfrutar de todo lo que habíamos planeado para él. Si confiamos en Dios y nos acercamos a Él cuando estamos tristes o tengamos miedo, podremos experimentar la paz que nos promete.
AURORA SCRIVER
DEJA QUE DIOS TE CONSUELE
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 36:7 (NTV)
¡QUÉ PRECIOSO ES TU AMOR INAGOTABLE, OH, DIOS! TODOS LOS SERES HUMANOS ENCUENTRAN REFUGIO A LA SOMBRA DE TUS ALAS.
¿Te cuesta confiar en Dios cuando te sientes triste o afligido? ¿Te alejas de Él cuando las cosas se ponen difíciles o tienes miedo? Recuerda que Dios es fiel y promete que estará contigo en cada dificultad que afrontes. El Señor quiere consolarte para que puedas experimentar Su paz, descanso y gozo. Acércate a Jesús cuando te sientas triste o tengas miedo, y Él será tu lugar seguro.
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