Como un bebé

—Layla está llorando otra vez —le dijo Kiara a su tía—. ¿Qué crees que quiera esta vez?

—Probablemente tenga hambre —contestó su tía Michelle al cargar a la bebé de cinco semanas.

—No puede hacer nada por sí misma, ¿verdad? —preguntó Kiara—. Tienes que cargarla y llevarla. La vistes, la alimentas, la meces y tienes que bañarla.

—Así es —afirmó la tía Michelle—. En este momento, tu primita depende de mí para casi todo. Yo la cuido noche y día.

Cuando Kiara regresó a su casa, les contó a sus padres todo sobre la bebé Layla.

—La tía Michelle debe estar muy cansada —opinó Kiara—. Tiene tanto trabajo. ¡Hace todo por esa bebé, menos respirar!

—Todos fuimos bebés alguna vez —indicó su padre—. Tú también lo fuiste, y mamá y yo hicimos lo mismo por ti.

—Bueno, ya no soy así —respondió Kiara, poniéndose de pie muy derecha—. Yo cuido de mí misma.

—Yo todavía soy como un bebé en muchas maneras —confesó su madre. Kiara rio—. ¡Pero es verdad! —insistió mamá—. Dependo de mi Padre para todo. A veces me molesta que Él no supla mis necesidades en el momento en que yo quiero, pero la mayoría del tiempo descanso, confiando en que mi Padre cuidará de mí.

—¡Pero el abuelo vive en California! —exclamó Kiara—. No dependes de él para que te cuide.

Papá sonrió.

—Tu mamá no está hablando de su padre terrenal. Está hablado de Dios, su Padre celestial.

La madre asintió.

—Mi Padre celestial está conmigo día y noche. Lo necesito todo el tiempo.

—Todos necesitamos a Dios —expresó papá—. La tía Michelle ama a la bebé Layla, así que está feliz de cuidar de todas sus necesidades. Pero solo piensa en cuánto más nos ama Dios, y cuánto más capaz es Él para proveer todo lo que necesitamos. Cuando necesitábamos un Salvador para que nos rescatara del pecado, Dios nos amó lo suficiente como para enviar a Su propio Hijo, Jesús.

—Así es —señaló mamá—. A diferencia de los padres humanos que cuidan de sus hijos, Dios sabe lo que necesitamos incluso antes que lo pidamos.

—Bueno, entonces supongo que está bien ser como un bebé de esa manera —admitió Kiara—. ¡Sé que quiero que Dios cuide de mí!

NANCE E. KEYES   

DIOS CUIDA DE TI

VERSÍCULO CLAVE: MATEO 7:11 (NVI)

SI USTEDES, AUN SIENDO MALOS, SABEN DAR COSAS BUENAS A SUS HIJOS, ¡CUÁNTO MÁS SU PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS DARÁ COSAS BUENAS A LOS QUE LE PIDAN!

¿Sabías que, de algunas maneras, eres como un bebé? A pesar de que eres mucho más grande y puedes hacer muchas cosas que un bebé no puede hacer, todavía necesitas depender de Dios. Él te da el aire que respiras y provee todo lo que necesitas. Él sabe cómo cuidar mejor de ti y entiende tus necesidades y deseos más profundos. Confía en que Dios es un buen Padre para ti, ¡Su precioso hijo!

Clave de Hoy
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