Cómo se hacen las perlas
—¡Mi nueva escuela es horrible! —exclamó Clara al entrar en la sala—. Todos los niños ya tienen sus grupos de amigos y me ignoran. Mi maestra siempre está de mal humor y nos da tareas ridículas. Extraño a mis viejos amigos. ¿Por qué tuvimos que mudarnos acá? —la niña colapsó agotada en el sofá. Tomó un libro que estaba encima de la mesa de la sala y distraída se puso a hojearlo. Su padre levantó la mirada y se quedó a punto de decir algo, cuando Clara levantó el libro y apuntó a una fotografía—. Mira esto —comentó—. Es una ostra. No son muy bonitas, ¿verdad? Pero pueden hacer perlas tan bellas.
Papá miró más de cerca la imagen.
—Es verdad. ¿Sabes cómo hacen perlas las ostras?
—Claro. Lo estudiamos en la escuela —afirmó Clara—. Las ostras tienen una concha muy fuerte y dura por fuera, pero son suaves y carnosas por dentro. A veces un grano de arena o algo parecido se mete en la concha de la ostra. La arena irrita la membrana interna y causa incomodidad en la ostra.
—Correcto —indicó su padre—. ¿Y qué pasa después?
—La ostra supura un líquido en el grano de arena para aliviar la irritación —explicó Clara—. Sigue haciendo lo mismo, una capa tras otra. Con el tiempo, el líquido se endurece y forma una perla muy suave.
—Una pequeña irritación que creó dolor e incomodidad produjo con el tiempo un hermoso objeto de gran valor —observó papá—. Lo mismo nos puede pasar en nuestras vidas.
Clara se veía confundida.
—Me encantaría hacer perlas, papá, ¡pero no soy una ostra!
Su padre rio.
—No, pero ya que vivimos en un mundo roto, tenemos sufrimiento, dolor y otros problemas que se meten en nuestras vidas, como los irritantes granos de arena. Sin embargo, Dios puede usar esos dolores e irritaciones para recordarnos que Jesús está con nosotros en nuestro sufrimiento y que Él promete restaurar nuestro mundo roto algún día para hacer nuevas todas las cosas. Cuando el Señor usa las cosas difíciles que afrontamos en la vida para ayudarnos a conocer mejor a Jesús, Él hace que podamos producir perlas de otro tipo.
—¿Qué tipo de perlas? —preguntó Clara con curiosidad.
—Perlas de paciencia, perseverancia, confianza, fe y esperanza. Son mucho más preciosas que las perlas de cualquier ostra y nos hacen brillar con la belleza de Jesús.
TANYA FERDINANDUSZ
HAZ PERLAS CON LAS DIFICULTADES
VERSÍCULO CLAVE: SANTIAGO 1:2-3
TENGAN POR SUMO GOZO, HERMANOS MÍOS, CUANDO SE HALLEN EN DIVERSAS PRUEBAS, SABIENDO QUE LA PRUEBA DE SU FE PRODUCE PACIENCIA.
¿Cómo reaccionas ante las dificultades? ¿Te enojas, te llenas de amargura o refunfuñas y te quejas? ¿O dependes de Dios para que Él use tus luchas y tus problemas para producir perlas en tu vida? Jesús promete que estará con nosotros en cualquier dificultad que atravesemos, y Él puede usar esas luchas para ayudarnos a conocerlo mejor y hacernos más como Él. Cuando afrontes pruebas en tu vida, confía en que el Señor te ayudará a usar esas situaciones para fortalecer tu fe en Él.
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