Cenizas útiles
Josías se sentó frente al horno de leña para absorber el calorcito, mirando las llamas. Afuera hacía mucho frío y él estaba feliz porque su abuelo dejó que el fuego siguiera ardiendo. Él y su madre acababan de terminar su largo viaje desde otro estado, después que su padre los dejó. Josías extrañaba a su papá y a sus amigos.
—Es tiempo de vaciar el cajón de la ceniza —anunció el abuelo cuando entró en la sala de estar.
—¿Qué? —preguntó Josías, que había estado perdido en sus pensamientos.
—El cajón de la ceniza —repitió el abuelo—. Cuando la madera se quema, deja atrás cenizas que se recogen en un cajón que está al fondo del horno. Cada dos o tres días, tengo que vaciarlo —el abuelo se puso unos guantes grandes y usó una pala especial para sacar las cenizas del cajón para ponerlas en un balde.
Josías miró el interior del balde. Estaba lleno de hojuelas grises y polvo.
—Eso se ve como algo que ensucia —comentó—. ¿Qué haces con esa cosa inservible?
—¿Inservible? —el abuelo negó con la cabeza—. No es inservible para mí. Déjame mostrarte algo.
El abuelo sacó un libro de recortes de la repisa y lo abrió. Estaba lleno de fotografías de rosas y premios.
—Este es mi libro de premios y trofeos —dijo muy orgulloso.
—¿Ganaste todos esos premios? —preguntó Josías—. ¡Guau!
—Sí, los gané —respondió el abuelo—. ¿Quieres saber cuál es mi secreto? —Josías asintió, entusiasmado—. Las cenizas —aseguró el anciano.
—¡No puede ser! —contestó Josías sin poder creerlo.
El abuelo asintió.
—Las cenizas de la madera contienen muchos nutrientes que mis rosales necesitan. Cada primavera, pongo unos tres centímetros alrededor de la base de cada rosal. Eso ayuda a que mis plantas produzcan flores que ganan premios —el anciano miró a su nieto—. ¿Sabes? —continuó—. Conozco a alguien a quien también le gusta sacar cosas bellas de las cenizas —el abuelo hizo una pausa y apuntó al cielo—. Dios puede tomar algo que parece totalmente inservible y usarlo para hacer algo maravilloso. Sé que extrañas a tu papá y no te emociona estar aquí, pero Jesús puede utilizar aun las cosas más difíciles en nuestras vidas para el bien. Él usó aquello que parecía lo peor de todo, Su muerte en la cruz, para traernos el maravilloso regalo de la vida eterna con Él. Si mantenemos nuestros ojos abiertos, estoy seguro de que Él también hará algo hermoso con tu situación.
LAURA KUEHN
DIOS PUEDE USAR LAS COSAS DIFÍCILES PARA LO BUENO
VERSÍCULO CLAVE: ROMANOS 8:28 (NVI)
SABEMOS QUE DIOS DISPONE TODAS LAS COSAS PARA EL BIEN DE QUIENES LO AMAN.
¿Tu vida parece estar llena de cenizas inservibles en este momento? ¿Te cuesta ver cómo Dios podría hacer que las cosas mejoren? No te desanimes. Dios te ama tanto, tanto que envió a Su hijo, Jesús, a morir por ti, y promete que hará cosas buenas en tu vida. Ora y pídele al Señor que te ayude. Confía en que Él tomará la situación difícil por la que estás atravesando y sacará algo hermoso de ella.
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