Cálmate
—¡Belén, me encanta tu nueva mascota! ¡Es tan suave y dulce! —Eunice acarició a la chinchilla de su amiga, que se llamaba Herman.
—El suave pelaje de una chinchilla es una de las razones por las que son mascotas tan populares —comentó Belén—. Son nativas de los Andes, en Chile, donde hace mucho frío.
—¿Recuerdas que hace dos años decías a todos que querías un puercoespín como mascota? —Eunice no pude contener la risa.
Belén sacudió su cabeza.
—¿En qué estaba pensando? Las chinchillas y los puercoespines están emparentados, pero los puercoespines son tan espinosos que no serían buenas mascotas —la niña le dio a Herman una semilla y observó cómo la mordisqueaba mientras la sostenía con fuerza con sus diminutas patas delanteras.
Entonces oyeron un ruido extraño al otro lado de la puerta cerrada de Belén.
—Eunice, creo que nuestros hermanos están tramando algo —susurró Belén—. ¿Recuerdas lo que les hicimos la última vez? Elián dijo que buscaría la revancha.
Cuando Belén abrió la puerta, dio un grito de enojo. Había tanta cinta de embalaje que no a duras penas podía ver el pasillo.
—¡Mamáááááá! —gritó Belén por encima de la risa de los niños.
—Eso les pasa por haber empezado esta guerra —se burló Elián.
—¡Elián, te voy a destruir! —rugió Belén.
—¿Qué está pasando? —su madre apareció al otro lado de la cinta adhesiva—. Niños, por favor, limpien esto.
Después que los niños quitaran la cinta de embalaje, mamá envió a Eunice a traer un bocadillo y entró a la habitación de Belén.
—Hija, sé que estabas enojada, pero podía escuchar tus gritos desde afuera. Tienes que calmarte.
—¡No puedo, mamá! ¡Los chicos me hicieron enojar tanto!
—Lo sé y voy a hablar con ellos. Pero sí puedes controlar la forma en que respondes cuando la gente hace cosas que te enojan. ¿Recuerdas lo que dice Proverbios 15:1?
—«La suave respuesta aparta el furor» —balbuceó Belén.
—El pelo de Herman es la definición de suave —observó mamá mientras acariciaba la chinchilla—. Y es la respuesta suave la que detiene las peleas y sana las relaciones. Las palabras enojadas y crueles solo empeoran las cosas. Como cristianos, podemos depender del Espíritu de Dios para que nos ayude a responder con amor y hablar suavemente, aun cuando nos sentimos enojados.
—Está bien, mamá, lo entiendo. Necesito confiar en Dios para que me ayude a calmarme cuando quiera ser un puercoespín —Belén sonrió—. ¿Sabías que uno de los parientes de la chinchilla es el puercoespín?
Mamá rio.
—¡Ahora lo sé! ¡Elige ser una chinchilla, hija!
SAVANNAH COLEMAN
CON LA AYUDA DE DIOS PUEDES CALMARTE
VERSÍCULO CLAVE: PROVERBIOS 15:1
LA SUAVE RESPUESTA APARTA EL FUROR, PERO LA PALABRA HIRIENTE HACE SUBIR LA IRA.
¿Hay veces que explotas de ira cuando alguien dice o hace algo que te molesta? Si conoces a Jesús, tienes el poder del Espíritu Santo en ti para ayudarte a responder a otros de una forma amorosa, aun cuando sea difícil. Depende de Su poder, confía en que Él te ayudará a quitar todo el enojo en tu corazón y llenarlo de Su bondad y amor.
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