Bueno para escuchar

—¡Anna me hace enojar tanto! —declaró Alejandro—. Ella nunca escucha las ideas de las otras personas. Y siempre está cuchicheando en clase. ¡Quisiera que se quedara quieta por un minuto y escuchara lo que los demás están diciendo!

—Bueno, solo asegúrate de que ella no evite que escuches cuando tu maestra esté hablando —le indico su madre—. Escuchar es tu responsabilidad.

Después de la cena, era el turno de Alejandro de leer una selección del devocional familiar. Él leyó rápidamente los versículos y después cerró la Biblia.

—Muy bien, ¿ya podemos orar? —preguntó, sentado en el borde de su asiento—. Tengo que hacer tareas.

—En un minuto —contestó su padre—. Tengo que compartir una bendición. Esta mañana, leí Efesios 4:32 y me di cuenta de que el Señor me estaba diciendo que perdonara a un hombre en el trabajo por algo que dijo sobre mí. Oré por esto y confié en que Dios para que me ayudara a perdonar y a soltar mi actitud amargada. Fue difícil hacerlo, pero ahora me siento mucho mejor.

—¿Cómo te habla Dios? —preguntó Alejandro—. A mí nunca me habla así.

—¿Crees que tal vez sea porque no te tomas el tiempo para escuchar? —preguntó papá.

—Yo escucho —aseguró Alejandro—. Mi maestra dice que soy uno de los que más escucha en la clase.

—Pero escuchar a Dios es un poco diferente —explicó mamá—. Dios nos habla a través de Su Palabra, la Biblia. Cuando la leemos y oímos lo que dice, el Espíritu Santo habla su verdad a nuestros corazones.

—Eso fue lo que sucedió esta mañana, cuando leí ese versículo sobre el perdón, Dios me habló a través de él y me hizo darme cuenta de que tenía que obedecer lo que dice —agregó su padre—. Cuando escuchamos la voz de Dios en la Biblia y pensamos cuidadosamente en los versículos que leemos, el Espíritu Santo nos ayuda a entender la verdad que quiere que sepamos y pongamos en práctica en nuestras vidas. Pero no sabremos lo que Dios nos quiere decir, a menos que escuchemos.

—¿Recuerdas cómo querías que tu amiga Ana pudiera quedarse quieta por un minuto? —preguntó mamá—. Me parece que a Dios le gustaría que te quedes quieto y lo escuches hablar.

NANCE E. KEYES

ESCUCHA A DIOS

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 46:10

ESTÉN QUIETOS, Y SEPAN QUE YO SOY DIOS.

¿Eres bueno para escuchar cuando otras personas están hablando? ¿Qué haces cuando es Dios el que habla? Él nos habla a través de Su Palabra, la Biblia. Léela y después medita en ella al pensar en lo que dice. Dios muchas veces habla también a través de pastores y maestros, o por medio de nuestros padres y amigos que nos ayudan a entender la verdad de la Palabra de Dios. Confía en que el Señor te ayudará a estar quieto y a escuchar lo que Él tiene que decir.

Clave de Hoy
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