Brillan, brillan todas las estrellas

Jasper se apoyó al tronco de un árbol con las manos detrás de su cabeza. Le encantaban los viajes anuales de la familia para acampar. Este año habían visto un venado cuando caminaban en el bosque. Exploraron la orilla del río y encontraron fósiles. Además, treparon algunas de las rocas y también pescaron y navegaron en el río. El niño suspiró de placer.

—¡Sin duda este lugar es genial!

Estaba oscuro para ver, pero Jasper podía oír la sonrisa en la voz de su mamá.

—Parece que estás disfrutando mucho, a pesar de que no hay juegos, ni heladerías, ni televisión, ni videojuegos.

—Sí —el niño sonrió.

Más tarde, esa noche, la familia se sentó muy contenta junto a la fogata, escuchando cómo chisporroteaba. Los grillos cantaban y las pequeñas criaturas se movían cerca de ahí, haciendo crujir las hojas. En el fondo, el río murmuraba mientras fluía sobre las rocas.

—¡Guau! ¡Solo vean esas estrellas! —comentó Jasper cuando alzó la mirada al cielo—. No podemos ver tantas estrellas en nuestra casa. ¡Se ven más cerca aquí que en nuestra casa!

Los otros rieron.

—Las estrellas no están más cerca —explicó su padre—. Pero ahora estamos en el campo, lejos de las luces de la ciudad. Cuando hay muchas luces brillantes alrededor, no podemos ver la luz de las estrellas más distantes.

—Oh, ya lo entiendo —Jasper sonrió, pero seguía mirando hacia arriba—. Me gusta estar aquí… se siente mucha paz. Es lindo tener un tiempo de silencio… para pensar un poco.

—Esa es una de las razones por las que también me gusta venir acá —comentó su abuelo—. Las luces brillantes de la ciudad hacen que sea difícil ver las estrellas, y las ocupaciones de las demandas cotidianas pueden hacer que sea difícil ver cómo Dios está trabajando en nuestras vidas y nos bendice. Es bueno que nos salgamos de la rutina diaria.

Papá asintió.

—Sí, pero no tenemos que acampar en las montañas para hacerlo. Podemos tomarnos un descanso de nuestra ocupada rutina todos los días, para pasar tiempo con Jesús y concentrarnos en la verdad y en las promesas que Él comparte con nosotros en Su Palabra.

El abuelo encendió su linterna y buscó en su mochila.

—Este sería un buen momento para hacerlo —dijo mientras sacaba su Biblia—. Esta noche leamos juntos y hablemos sobre las cosas buenas que Dios nos dice.

SHERRY L. KUYT

PASA TIEMPO CON DIOS

VERSÍCULO CLAVE: SALMO 46:10

ESTÉN QUIETOS, Y SEPAN QUE YO SOY DIOS.

¿Las ocupaciones de tu vida cotidiana interfieren con tu tiempo con Dios? Es una buena idea que apartes un tiempo calmado para pasarlo con Jesús y recordar lo que Él ha hecho por ti. No tienes que salir a acampar para hacerlo. Encuentra un lugar donde puedas tomarte un descanso de tus actividades normales y poner atención a lo que Dios te dice mientras lees tu Biblia y conversas con Él.

Clave de Hoy
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