Aun en la oscuridad
—¡La iglesia en una cueva! —exclamó Elías. Él y su familia estaban de vacaciones y su padre había anunciado que asistirían al servicio de una iglesia dentro de una cueva—. Nunca he estado en una cueva —comentó el niño—. Me pregunto cómo será.
El domingo muy temprano, la familia se puso en camino. Cuando finalmente bajaron a la cueva y se sentaron donde iba a ser el servicio, Elías sintió escalofríos. Era un lugar muy oscuro, excepto donde las luces eléctricas alumbraban el camino. Había enormes formaciones de piedra colgadas y otras se levantaban desde el piso, que proyectaban sombras tenebrosas. El aire estaba húmedo y goteaba agua por las paredes rocosas. En su asiento, Elías apretó su chaqueta para mantener afuera aire frío y húmedo. «Esto es interesante, pero en realidad no me gusta este lugar tan oscuro y aterrador», pensó. «Espero que el sermón no sea muy largo». El niño miró las sombras que arrojaban las piedras.
Un momento después que el ministro empezara a hablar, ¡de repente quedaron en la más densa oscuridad! Elías sintió ansiedad y estiró el brazo en dirección a su padre.
—Estoy aquí, junto a ti —susurró papá.
El ministro hizo una pausa en su mensaje y algunos niños empezaron a llorar. Los adultos trataban nerviosamente de calmar a los pequeños.
—No tengan miedo. Estoy seguro de que las luces se volverán a encender en pocos momentos —dijo el ministro—. No olviden que Dios puede ver tan bien en la oscuridad como en la luz del sol. Él está afuera, en los rayos solares, y también está aquí con nosotros. Nuestro gran Dios es omnipresente.
—¿Qué significa… esa palabra tan rara? —le susurró Elías a su padre.
—Significa que Dios está presente en todo lugar, al mismo tiempo —respondió papá.
—No existe ningún lugar en todo el universo donde Dios no esté presente —continuó el ministro—. Aun en esta cueva oscura, Él cuida de nosotros en este mismo momento. Él nos ama tanto que Jesús se hizo uno de nosotros y experimentó la oscuridad de la muerte para que nosotros nunca tengamos que vivir separados de Él. No importa cuán oscuras se pongan las cosas, el Señor siempre está con nosotros.
Elías sintió que Dios estaba ahí con él. «Ya no tengo miedo», pensó. Cuando las luces se volvieron a encender unos minutos después, el niño sonrió a su padre.
CAROLYN E. YOST
DIOS ESTÁ EN TODOS LADOS
VERSÍCULO CLAVE: JEREMÍAS 23:24
«¿NO LLENO YO LOS CIELOS Y LA TIERRA?», DECLARA EL SEÑOR.
¿Estás atravesando por algo que te llena de temor? ¿Sientes que te rodea la oscuridad y que Dios está lejos? No importa dónde estés o qué estés afrontando, Dios está ahí contigo. A pesar de que no puedas verlo, Él te mira de cerca y cuida de ti. La Biblia nos dice que el Señor está en todos lados, es omnipresente, y que Jesús promete que nada puede separarnos de Él, ni siquiera la muerte. Cada vez que te sientas con miedo o soledad, recuerda que Dios está contigo.
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