Atrévete a ser como Daisy

Un cuerpo peludo aterrizó con fuerza junto a la cama de Edén, ladrando furiosamente.

—Cállate, Daisy —murmuró Edén adormilada. Daisy volvió a ladrar. Muy molesta, Edén empujó a la perrita—. ¡Déjame en paz!

Daisy se bajó de la cama y salió de la habitación. De repente, ¡PUM! Daisy regresó y se abalanzó sobre Edén, salió corriendo, regresó y saltó sobre la niña una y otra vez, mientras ladraba con fuerza. Edén se sentó enojada.

—Perro bobo —refunfuñó—. ¡Ándate!

Daisy corrió a la puerta y ladró, mirando a Edén. Entonces la niña olfateó algo. «Humo», pensó. «¡Huele a humo!». Ella brincó de la cama y corrió al pasillo, al mismo tiempo que sus padres salieron de la habitación. Todos corrieron al jardín y papá llamó al 9-1-1. Edén se sentó en la vereda y acarició el suave pelaje de Daisy con delicadeza mientras esperaban a que llegaran los bomberos.

A la mañana siguiente, la amiga de Edén, Amanda, corrió hacia ella en la escuela.

—¡Me sorprende tanto que estés aquí! Creí que te ibas a quedar en tu casa para limpiar.

—No hubo mucho daño, y mamá dice que la gente del seguro enviará gente para que limpie todo. ¡Tenemos mucho que agradecer!

—En las noticias dijeron que la perrita despertó a toda la familia —comentó Amanda—. ¡Eso es increíble!

—Sí, parece que las alarmas contra incendios no estaban funcionando, así que es bueno que tengamos a Daisy. ¡Pudimos haber muerto todos por inhalar humo!

Edén miró a su amiga y le vino un pensamiento. «Sé que me hubiera ido con Jesús si hubiera muerto en ese incendio, pero ¿qué habría pasado si era con Amanda? Ella no conoce a Jesús». La niña recordó cuánto se había enojado con Daisy por tratar de sacarla de la cama, pero la perrita no se dio por vencida. «Daisy no se rindió, aunque no la escuché la primera vez», pensó Edén. «Pero cuando traté de hablarle a Amanda sobre Jesús y ella no se interesó, me rendí. Debo ser más como Daisy y seguir orando por Amanda para ayudarle a que conozca más sobre Jesús».

—Me dio mucho miedo, pero sé que me hubiera ido con Jesús si moría —le contó Edén a su amiga—. Aun cuando ocurren cosas malas, tengo paz porque sé que Él me salvó.

HAZEL W. MARETT

SIGUE HABLANDO A LAS PERSONAS DE JESÚS

VERSÍCULO CLAVE: EFESIOS 6:19

 OREN TAMBIÉN POR MÍ, PARA QUE ME SEA DADA PALABRA AL ABRIR MI BOCA, A FIN DE DAR A CONOCER SIN TEMOR EL MISTERIO DEL EVANGELIO.

¿Hablas con tus amigos de Jesús y les has contado lo que Él ha hecho por ti? ¿Aun si no quieren oírte al principio? A veces la gente responde a las Buenas Nuevas del evangelio de inmediato, pero otras veces puede tomar meses o incluso años de hablar sobre Jesús y mostrarles cómo Él ha cambiado tu vida. No te rindas. Sigue orando por tus amigos y confía en que Dios te usará para ayudarlos a que conozcan más sobre Jesús

Clave de Hoy
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