Actos de amabilidad

Cecilia ojeaba los juguetes de la enorme feria que organizaron en su iglesia, mientras su madre examinaba montañas de libros.  “¿No te parece genial que todas las ganancias sean para el viaje del grupo de jóvenes?”, escuchó a su mamá decir a una de sus amigas, que era voluntaria en la feria.

Entonces Cecilia lo vio: ¡un gatito adorable, con rayas blancas y grises, que podía moverse, maullar y todo!  La niña corrió donde estaba su madre.  “¡Mamá!  Encontré el juguete que quiero comprar con mi dinero.  ¡Es tan lindo!”

Su madre sonrió.  “Bueno, ¡ve y cómpralo!”

Cecilia regresó dando brincos de alegría a la mesa de los juguetes, pero se detuvo en seco.  Su cara mostró su desaliento cuando vio que una mujer tomaba el gatito y lo ponía en su canasta de compras.  La niña sintió que su corazón se rompía, pero entonces recordó que el objetivo de la feria era levantar fondos para ayudar a que otras personas escuchen sobre Jesús.  “Puedo ser amable en vez de enojarme con esa señora”, pensó.  “A pesar de que tomó el juguete que quería con todo mi corazón”.

Cecilia se acercó a la mujer.  “¿Sabe cómo funciona ese gatito?”, preguntó muy educada.  La niña comenzó a mostrarle a la señora cómo presionar la nariz del gato para hacerlo maullar y cómo hacer que se moviera.

“¿Dónde está tu juguete, hija?”, preguntó mamá cuando Cecilia regresó.

Una lágrima bajó por la mejilla de la niña.  “Cuando regresé para comprarlo, una señora lo estaba poniendo en su canasta”.

“Lo siento, hija.  Tal vez lo esté comprando para una niña que lo necesite”.

Unos minutos más tarde, la mujer que compró el gatito de juguete se acercó a Cecilia.  Ella se susurró algo en el oído y le entregó una bolsa. El rostro de la niña se iluminó con una sonrisa.  “¡Gracias!”, exclamó mientras la mujer se despedía.

“¿Qué hay en la bolsa?”, preguntó su madre con curiosidad.

Cecilia sacó el anhelado gatito de juguete de la bolsa.  “Ella me dijo que pude haberle dicho que yo quería ese juguete cuando me acerqué a ella y que se sintió conmovida por la amabilidad que le mostré al dejar que ella lo comprara.  Me dijo que quería que yo lo tuviera como un recordatorio para que siga mostrando a los demás la bondad de Jesús”.

Mamá sonrió.  “Qué amable de su parte”.  —  SAVANNAH COLEMAN

SÉ AMABLE CON LAS DEMÁS PERSONAS

VERSÍCULO CLAVE: 1 JUAN 3:18

HIJOS, NO AMEMOS DE PALABRA NI DE LENGUA, SINO DE HECHO Y EN VERDAD.

¿Puedes pensar en alguna vez que alguien fue amable contigo?  Quizá fue una persona que conocías o incluso un desconocido.  ¿Cómo te hizo sentir?  Cuando ponemos a otros antes que a nosotros mismos, les ayudamos a ver cómo es Jesús.  Él nos mostró la mayor bondad al hacerse humano y morir por nuestros pecados.  ¿Cómo puedes mostrar a alguien Su bondad con la amabilidad de tus acciones en este día?

Clave de Hoy
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