A todos al mismo tiempo
—¿Por qué estás viendo el partido de fútbol? —le preguntó Arcelia a su hermano mayor—. Dijiste que querías ver el baloncesto.
—Sí, pero estoy grabando el partido de baloncesto para poder verlo más tarde —respondió Benito mientras comía palomitas de maíz. En ese momento, su celular vibró y el niño lo tomó para verlo. Un momento más tarde, dio un grito de emoción—. ¡El equipo de nuestra escuela acaba de anotar! —exclamó—. Están jugando en otra ciudad y mi amigo me está enviando mensajes para contarme lo que pasa en el partido.
—Estás tratando de seguir muchos partidos al mismo tiempo —comentó Arcelia. Pero Benito solo miraba fijamente su celular y no parecía haberla escuchado, así que ella se encogió de hombros y se fue.
No pasó mucho tiempo cuando llegó la hora en que Arcelia tenía que ir a dormir.
—No te olvides de orar —le indicó su padre cuando ella fue a darle las buenas noches.
—No lo olvidaré —aseguró Arcelia, pero después frunció el ceño—. Siempre oro antes de irme a dormir, pero ¿no están otros niños orando al mismo tiempo? Me parece que son demasiadas oraciones para oírlas al mismo tiempo. ¿Crees que Dios puede grabar esas oraciones de algún modo para oírlas después?
Papá rio.
—Me suena a que has estado pasando mucho tiempo con Benito. Dios no tiene que grabar las oraciones para escucharlas una a la vez. Él puede oír las oraciones de todos al mismo tiempo.
—Es que es difícil imaginar que Dios pueda oírnos a todos al mismo tiempo —opinó Arcelia—. ¿Cómo puede hacerlo sin distraerse o sin ir de una oración a otra mientras escucha a alguien y otra persona empieza a hablar?
—Dios no es como Benito ni como ninguno de nosotros —explicó su padre—. Dios es Dios. No podemos entender cómo es posible, pero Él oye todo lo que decimos e incluso sabe todo lo que pensamos. Nunca podremos comprender cuán grande y poderoso es el Señor, pero sabemos que a Él le importa lo que vivimos porque Jesús murió y resucitó para salvarnos de nuestros pecados. Dios nos ama tanto que se hizo uno de nosotros y siempre está a nuestro lado, por eso nos oye cuando oramos.
—Qué bueno —dijo Arcelia antes de darle un abrazo a su padre—. Buenas noches, papá. Voy a orar.
RUTH MCQUILKIN
DIOS ESCUCHA TUS ORACIONES
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 34:17
CLAMAN LOS JUSTOS, Y EL SEÑOR LOS OYE.
¿Te preguntas cómo Dios puede oír tus oraciones cuando tantas otras personas también están orando? ¿Te preguntas si Él escucha las cosas por las que oras? ¡Él sí te escucha! A Dios le importa cada detalle de tu vida y quiere oír sobre lo que piensas, lo que necesitas, tus intereses y preocupaciones. Haz una pausa y comparte lo que está en tu corazón. El Señor siempre te está escuchando.
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