El buen líder
Nicolás suspiró contento cuando oyó el ruido del arroyo en la montaña, lo que indicaba que estaba cerca. “¡Me encantan las caminatas por la naturaleza!”, exclamó.
“¡A mí también!”, dijo su hermana gemela, Nicole. “¡Qué lindo está el día!”
“Sí”, afirmó Nicolás. “Me alegra tanto que la escuela haya terminado y que estemos de vacaciones, ¡para que podamos repetirlo!”
“¡Oigan, los dos! ¡No se adelanten tanto!”, gritó el padre desde más abajo en la montaña. Los gemelos decidieron descansar y esperar a sus padres.
“Oye, mira eso”, dijo Nicole, apuntando a una rama cercana.
“¿Qué está sucediendo ahí?”, preguntó su madre, cuando ella y el papá llegaron y se sentaron en un tronco.
“Hay una fila de hormigas caminando en esa rama”, comentó Nicolás.
Nicole enfocó la vista para poder ver mejor. “¿Por qué todas siguen a esa hormiga que está al frente? ¿Por qué no solo caminan por donde quieran?”
“Están siguiendo a su líder”, explicó su padre. “Si no siguieran a la hormiga que los lidera, se caerían de la rama. Probablemente los está guiando hacia algún alimento que descubrieron”. Papá se quedó pensativo por un momento. “Nosotros somos muy parecidos a las hormigas”.
Nicolás y Nicole se miraron el uno al otro, confundidos. “¿Cuándo jugamos a seguir al líder?”, preguntó el niño.
“No solo ahí”, señaló el padre. “¡Todo el tiempo! Solo miren a esas hormigas. Todas confían en que su líder les guiará seguras, y ellas van dondequiera que este vaya. Debemos asegurarnos de seguir a nuestro líder con la misma confianza y obediencia”.
“Estás hablando de Jesús, ¿verdad?”, preguntó Nicole.
“¡Exactamente! Jesús es nuestro líder porque nos salvó y confiamos en Él. Debemos seguirle y obedecerle en todo lo que hagamos. En ocasiones nos sentiremos tentados a seguir a la gente o a las cosas que nos alejan de Dios y de lo que Él desea para nosotros. Solo Jesús conoce el camino correcto para nuestras vidas”.
“No quiero seguir al líder equivocado”, afirmó Nicolás.
“Yo tampoco”, aseguró Nicole. “¡Quiero seguir a Jesús!”
Su madre sonrió de oreja a oreja. “Estoy muy feliz de que digas eso”. La mujer comenzó a levantarse. “Terminemos este sendero para que nosotros también podamos comer”.
“Yo sé el camino hacia la cumbre”, dijo Nicolás, corriendo hacia el sendero. “¡Síganme!”
Nicole se rio. “Está bien, ¡pero solo porque sé que sigues a Jesús!” – ELENA KETNER
SIGUE A JESÚS
VERSÍCULO CLAVE: SALMO 5:8
SEÑOR, GUÍAME EN TU JUSTICIA… ALLANA DELANTE DE MÍ TU CAMINO.
¿Sigues a Jesús? ¿Confías en Él como tu Salvador y lo obedeces? Parecería difícil seguir a Jesús cuando te ves tentado a ir detrás de lo que el mundo ofrece o lo que las otras personas piensen de ti, pero Jesús es un buen líder que te ama y te guiará por el camino correcto. Él te ayudará y te guiará en el camino que Él desee que vayas. ¡Permanece firme y confía en Él!
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