Jesús lloró
Evelio se aguantó las lágrimas al sentarse en las gradas de la entrada junto a su mejor amigo.
—Teddy fue el mejor gato que he tenido —balbuceó—. Lo voy a extrañar.
Pedro asintió.
—Ese gato era genial. Lamento mucho que haya muerto —él le dio una palmadita en el hombro a su amigo—. Está bien llorar.
—¡No estoy llorando! —exclamó rápidamente Evelio, y su cara empezó a ponerse roja. No quería que su amigo creyera que se estaba portando como un bebé por esto.
—Está bien si lloras —volvió a decir Pedro—. Aun Jesús lloró.
Evelio arrugó las cejas.
—¿Qué?
—Jesús lloró cuando su amigo Lázaro murió —explicó Pedro—. Mi tío me contó sobre eso cuando mi abuelita falleció el verano pasado. Dijo que está bien que una persona llore cuando está triste, incluso nosotros, los varones.
Evelio no estaba seguro de que creía lo que le dijo su amigo, así que esa noche le preguntó a su padre.
—Pedro tiene razón —afirmó papá—. Jesús sí lloró. Mira, está aquí en Juan 11 —él apuntó a una página de su Biblia.
Evelio miró por encima de su hombro y sus ojos se abrieron por la sorpresa al ver las dos palabras:
—Jesús lloró —leyó.
—Está bien que estés triste por tu gato y está bien si quieres llorar —papá se levantó de su silla y puso su brazo alrededor de su hijo—. En esta tierra pasan muchas cosas tristes.
Evelio se apoyó en su padre.
—Extraño mucho a Teddy.
—Lo sé. Lo siento —expresó papá—. Pero, pase lo que pase aquí en la tierra, nunca tendremos que estar tristes para siempre. ¿Sabes por qué?
—¿Por el cielo? —preguntó Evelio.
Su padre sonrió.
—Exactamente. Jesús lloró porque experimentó el dolor y la tristeza, al igual que nosotros. Pero, después de llorar por Lázaro, ¡Él lo resucitó de entre los muertos! Esa es la esperanza que el Señor da a todos los que confíen en Él: la esperanza de la vida eterna. A pesar de que en esta tierra pasan todo tipo de cosas tristes, un día Jesús pondrá fin al pecado, la tristeza e incluso la misma muerte.
Evelio dejó caer unas lágrimas.
—¿No tendremos más tristeza?
—No —papá apretó el hombro de su hijo—. Porque todo será perfecto. Y estoy seguro de que Dios te ayudará a sentirte feliz otra vez antes del cielo. Pero, por ahora, está bien llorar por Teddy cuando lo extrañes.
Bethany Acker
JESÚS TAMBIÉN LLORÓ
VERSÍCULO CLAVE: Juan 11:35
JESÚS LLORÓ.
Cuando estás triste, ¿te das permiso de llorar? Está bien llorar cuando pasan cosas tristes; Jesús también lloró cuando estuvo triste. Él entiende tu dolor porque experimentó los mismos sentimientos que nosotros. Pero no tenemos que estar tristes para siempre, porque Jesús vino a darnos esperanza. Él murió por nosotros y después resucitó de entre los muertos para que algún día seque nuestras lágrimas para siempre.
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