Aquí, allá y en todos lados

Genaro se quedó inmóvil cuando su madre salió, con la esperanza de que ella no lo viera. A él le encantaba esconderse en el viejo manzano. Cuando espiaba entre las hojas y las ramas, podía ver a mamá en el jardín, allí abajo. Podía ver a Tabby, el gato de la señora Urrutia, que se escabullía por el pasto de la casa vecina. Podía ver a Belinda, que jugaba con su amiga al otro lado de la calle. Pero nadie podía verlo desde el suelo.

—¡Genaro! ¡Belinda! —gritó su madre—. El almuerzo estará listo pronto; tienen unos cinco minutos para jugar —ella volvió a entrar en la casa.

Genaro todavía no tenía ganas de bajar. Se apoyó en una rama, se acostó boca abajo y observó un azulejo que aterrizó junto a la cerca. Miró a la señora Urrutia que salía al patio trasero para llamar a Tabby. Vio una camioneta roja que subía por la calle.

Cuando su madre volvió a salir unos minutos más tarde, Genaro seguía en el árbol.

—¡Niños! —llamó mamá—. ¡El almuerzo está listo! ¡Es hora de entrar!

Genaro se balanceó y se lanzó a la tierra mientras Belinda venía corriendo a la casa.

—¡Sorpresa, mamá! —exclamó el niño al entrar en la cocina—. Te vi cuando saliste, ¡pero no podías verme! ¡También te vi a ti, Belinda! ¡Podía ver a todos! —él sonrió—. Tal como Dios puede vernos desde el cielo.

—No —opinó Belinda—. ¡Dios ve a todos en todo el mundo, en el mismo instante, todo el tiempo! —ella le sonrió a su hermano—. Él te estaba mirando cuando estabas escondido en el árbol y nos observabas.

—Pero eso no es todo —aseguró mamá—. A diferencia de cuando estabas en el árbol, Dios no se esconde de nosotros y nunca está lejos. Él no nos ve de lejos, ¡sino que está aquí en esta cocina! Debido a que confiamos en Jesús como nuestro Salvador, el Espíritu Santo siempre está con nosotros, cuidándonos y velando por nosotros.

—Supongo que podemos decir que Dios está aquí, allá y en todos lados —expresó Belinda—. Él siempre sabe dónde estamos y lo que estamos haciendo. Dios sabe todo de nosotros.

—¡Entonces Él debe saber que tengo hambre! —dijo Genaro mientras se sentaba a la mesa—. ¿Qué hay para el almuerzo?

Katherine E. Swarts

DIOS VE TODO

 VERSÍCULO CLAVE: Proverbios 15:3

EN TODO LUGAR ESTÁN LOS OJOS DEL SEÑOR, OBSERVANDO A LOS MALOS Y A LOS BUENOS.

¿Te gusta esconderte de las personas? Si estás en las alturas, puede que veas mucho desde lejos, pero eso no es nada en comparación con lo que Dios ve. Él mira todo el mundo y sabe todo de cada uno de nosotros. ¡Incluso conoce lo que estás pensando y sintiendo! Dios vela por ti cada minuto de cada día, y siempre está junto a ti. Dale gracias porque Él cuida de ti, y recuerda que el Señor siempre está contigo.

Clave de Hoy
0 replies

Leave a Reply

Want to join the discussion?
Feel free to contribute!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *