A salvo en cualquier cielo
Nota del editor: Esta historia podría no ser apropiada para los niños más pequeños.
El corazón de Astrid latía con fuerza. Ella caminó lentamente por la pasarela hacia el avión, aferrándose con fuerza a la mano de su madre.
—Todo va a estar bien —le aseguró mamá con delicadeza—. Sé que tienes miedo, pero todo va a estar bien.
Astrid miró a su madre con sus grandes ojos redondos, y después volvió la vista a la puerta abierta del avión. Hacía solo una semana, una bomba estalló en un aeropuerto en otro país. Astrid tembló cuando las imágenes de los aviones destrozados que vio en las noticias le vinieron a la mente. ¡Definitivamente no quería que nada de eso les sucediera a ella y a su madre!
Finalmente cruzaron la pasarela y entraron en el avión y la azafata las saludó con una cálida sonrisa mientras caminaban por el pasillo. Mamá apuntó sus asientos.
—Fila 27, asiento F. Ese es el tuyo, hija. Estaré en el asiento frente a ti.
Astrid sintió un vacío en el estómago.
—Pero, mamá, ¡quiero que te sientes a mi lado! No puedo hacer este viaje sola. ¿Y si te pierdo?
—No te preocupes, hijita —le dijo mamá mientras se ubicaba en su fila y apuntaba al asiento detrás de ella—. No iré a ningún lado. Estaré aquí contigo todo el camino.
Astrid se subió a su asiento, se abrochó el cinturón de seguridad y miró por la ventana mientras el avión avanzaba para ponerse en posición en la pista. Los motores comenzaron a rugir y ella sintió cómo aumentaba la presión en el avión. Pensó en las palabras de su madre y recordó un versículo de la Biblia que había aprendido en la iglesia:
—El Señor irá delante de ti; Él estará contigo, no te dejará ni te desamparará.
Ella se dio cuenta de que, aun si volar en avión le daba mucho miedo, Jesús estaría allí para consolarla, así como su mamá estaba con ella en el avión. Él nunca la dejaría. Incluso si algo horrible pasara, si el avión se estrellara, el Señor todavía estaría con Astrid y ella iría al cielo para estar allá con Él.
La niña sonrió mientras se acomodaba en el asiento. Se sentía mucho más cómoda y levantó la voz para que su mamá la pudiera oír:
—Gracias por estar aquí conmigo, mamá. ¡Sé que Jesús también estará con nosotras dos!
Dylan Kraayenbrink
DIOS CONSUELA A SUS HIJOS
VERSÍCULO CLAVE: Deuteronomio 31:8
EL SEÑOR IRÁ DELANTE DE TI; ÉL ESTARÁ CONTIGO, NO TE DEJARÁ NI TE DESAMPARARÁ; NO TEMAS NI TE ACOBARDES.
¿Ves con frecuencia noticias que te asustan? Es difícil no preocuparse por las cosas malas que ocurren en el mundo. Pero recuerda que, sin confías en Jesús, Él siempre estará contigo para consolarte y ayudarte a superar cualquier situación. Pase lo que pase, Jesús nunca te dejará. Tu futuro está a salvo con Él.
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